Si bien es cierto que un viaje por la montaña no es lo mismo que visitar una ciudad. En lugar de un hotel, si se opta por un retiro espiritual, lo más recomendable es alquilar una casa rural. Las hay de muchos tamaños, diseños y precios dependiendo de lo que se adapte a las necesidades. Las casas rurales suelen ser viviendas de unas dimensiones no muy grandes con un toque tradicional en su decoración, aunque también las hay modernizadas.
Normalmente quien o quienes realizan un viaje por la montaña les gusta disfrutar de la naturaleza y sacarle todo el partido posible. De ahí que sea todo un clásico practicar algún deporte de aventuras. En las zonas de playa de Girona, su larga extensión hace que el área ofrezca una oferta muy variada. En algunas zonas costeras se puede practicar buceo y snorkeling, aunque tendrás que averiguarlo previamente, ya que este servicio no lo existe en todas las playas. También hay lugares perfectos para pescar o navegar por alta mar.
Uno de los deportes más demandados para las personas de clase media-alta en todo el mundo es la hípica. En Girona muchas personas que no practican hípica a nivel profesional tienen la curiosidad de montar a caballo una vez en la vida. Estos paseos permiten disfrutar de los paisajes naturales que se pueden observar mientras conoces la experiencia de la hípica. Pero el deporte de aventura estrella en esta zona es el senderismo. Al tener mucha área montañosa, los turistas acuden a estas zonas para realizar caminatas por la montaña y disfrutar de la flora y fauna que les rodea. Puede contratarse una empresa experta en senderismo para sacar todo el partido a las rutas y a los paisajes. Pero si no se desea invertir más dinero, se pueden organizar de manera autosuficiente caminatas señalizada para que no haya riesgo de pérdida.
Otro de los deportes más populares del turismo de montaña en Girona es la escalada. Es un deporte indicado para los más aventureros, ya que el conjunto de elementos que requiere este deporte es muy variado: fuerza para subir, técnica aprendida, no tener miedo a las alturas ni a caerse, etc.