No suelo escribir sobre política, me gusta más la información económica y empresarial. Y desde el punto de vista económico lo que está ocurriendo en Nicaragua es una aberración económica. Si la situación compleja dura mucho más, el perjudicado va a ser el país en su conjunto, no el gobierno, al que es legítimo oponerse, dentro de la legalidad por medios democráticos, hasta vencerlo en las elecciones. Eso es la Democracia. El crecimiento económico, la reducción de la pobreza y de la pobreza extrema, las inversiones extranjeras y el aumento del bienestar que han logrado los nicaragüenses en la última década se están poniendo en peligro.
Todo empezó por una reforma de la Seguridad Social que no llegó a entrar en vigor. Pero fueron tantas las protestas que el gobierno la retiró inmediatamente. Y después el país se descontroló o, mejor dicho, algunos intentaron descontrolarlo. El gobierno ha ido aceptando peticiones y ya ha tenido lugar la primera reunión, en Managua, entre funcionarios del gobierno y de la Organización de Estados Americanos para estudiar la reforma electoral en Nicaragua. El gobierno impulsó el Diálogo y quiere seguir con él.
Esperemos que esa reunión y las siguientes sirvan para detener definitivamente la violencia que sufre el pueblo nicaragüense y se pueda volver a la mesa de negociación. O ¿es que hay alguien interesado en que la violencia siga y en acabar con el país?.