Después de que hayan pasado ocho años desde que se pusiera en marcha el proyecto y tras las idas y venidas de sus inversores, este mes de junio se ha alcanzado el 100% del funcionamiento de Baha Mar. El resort abrió la primera parte de sus instalaciones en 2017, tras ser adquirido por el conglomerado Chow Tai Fook Enterprises Ltd. con sede en Hong Kong, pero hasta hace unos días no se había podido disponer de todo su potencial.
Baha Mar se convierte así en el mayor resort del Caribe y está llamado a funcionar como un revulsivo para la zona, que ha experimentado una caída en el número de inversiones en los últimos años.
El proyecto partió del acuerdo alcanzado entre un inversor de Bahamas y las administraciones de ese país para llevar a cabo la construcción de un nuevo resort que dinamizase el que es el sector económico más importante de la región: el turismo. Tras una época de receso en la industria del turismo en Bahamas, se necesitaba una acción similar a la que protagonizó el empresario Steve Wynn en Las Vegas en la década de los 80, la cual sirvió para recuperar el esplendor de tiempos pasados.
A los inversores bahameños se les unieron empresas chinas, constituyendo una especie de hito, puesto que el Caribe era hasta entonces una zona bastante inexplorada por ese capital. El banco China Exim Bank se ocupó de parte de la financiación, y la constructora China Construction America de la ejecución, llegando a abrir una sede en Panamá con tal fin. El coste total de la realización del nuevo resort caribeño se calcula alrededor de los 4.000 millones de dólares.
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas en este ambicioso proyecto. Se esperaba que Baha Mar empezase a operar en 2015, sin embargo, la bancarrota de los inversores iniciales hizo que la obra se paralizase cuando estaba al 97% de su desarrollo. Así se mantuvo durante prácticamente un año, hasta que a finales de 2016 el grupo empresarial hongkonés Chow Tai Fook accedió a comprar el resort a Exim Bank.
En abril de 2017 abrió el primero de los tres hoteles que forman parte del complejo hotelero. Fue el Grand Hyatt, al que le siguió unos meses después el SLS Baha Mar. Hace apenas unos días se ponía en funcionamiento también el Rosewood. Se completa así una oferta total de más de 2.200 habitaciones.
Además de los hoteles, el resort de Baha Mar cuenta con cerca de 300 residencias de propiedad privada y varios servicios, como un campo de golf diseñado por el popular Jack Nicklaus, un casino completo o un spa de más de 2.800 m².
Baha Mar está situado en la isla bahameña de Nueva Providencia, donde se concentra la gran mayoría de la población y donde se encuentra la capital, Nassau, convenientemente cerca del resort. Una vez completado el proyecto y en pleno funcionamiento, queda ver si realmente Baha Mar sirve para recuperar la hegemonía caribeña en el turismo de sol y playa.
Por el momento, ya se está notando la reacción de las empresas que tradicionalmente han tenido presencia en la zona. Es el caso de la hotelera española Meliá, que en el primer trimestre de 2018 ha reforzado su apuesta por los destinos caribeños como parte de la estrategia que pretende dar un nuevo impulso a esa zona.