1. Aumento de la fragmentación en los mercados financieros. El sector financiero se ha visto golpeado por la desintermediación. La consecuencia de esta tendencia está siendo la aparición de nuevos actores, que han asumido riesgos excesivos sin estar sometidos al mismo control regulatorio que las entidades financieras tradicionales.
2. Gran dependencia del crédito. Los gobiernos, las empresas y los hogares dependen en gran medida de la deuda. El crecimiento soportado por el crédito se ha vuelto más intensivo y, por lo tanto, es más sensible a cualquier fluctuación de los tipos de interés. El análisis de intensidad crediticia* muestra un claro aumento respecto de 2011 en Francia (4,8), Japón (4,3), China (3,1), Brasil (2), mientras que se mantiene por encima de 1 punto en los Estados Unidos (1,6). Como consecuencia del aumento del endeudamiento en estos países, cualquier impacto en los tipos de interés se extendería a la economía mundial.
Gráfico 1: Intensidad crediticia* (unidades de crédito necesarias para generar una unidad adicional de PIB nominal)
3. China jugador clave. Otra característica significativa del ciclo actual es el destacado papel de China. El riesgo de que su política de contención del crédito llegue a afectar a la demanda interna y mundial, podría tener un efecto negativo para la economía global.
4. Desconfianza en la protección de la seguridad y privacidad de los datos. Junto a las tres amenazas indicadas, los expertos señalan también que el riesgo de una crisis de confianza debida al uso indebido de datos personales podría perjudicar a la economía mundial. Además, destacan que la probabilidad de que tal evento ocurra aumenta cada día.
El informe completo The View está disponible en la web de Euler Hermes y trata de anticipar los principales desajustes de la economía mundial de cara al próximo año.