Expertos de las principales empresas públicas de transporte analizan los principales retos y oportunidades de la transformación digital en su sector.
El papel del sector público en el nuevo escenario disruptivo
El debate arranca con el análisis de las posibilidades de intermediación que ofrecen las tecnologías digitales, ante las que los expertos se han mostrado partidarios de no delegar el conocimiento del cliente, destacando este término –cliente-, por encima de viajero o usuario, para continuar subrayando la importancia del control a la hora de gestionar algo indelegable, la disponibilidad del servicio.
La opinión se centra en que, aunque el sector público tendrá que buscar un partenariado con sectores emergentes, será siempre bajo un modelo de gobernanza en el que lo público, desde el punto de vista del interés y beneficio social, prime.
La apuesta de futuro consiste en pasar de prescribir tecnología a prescribir requisitos, un aspecto en el que compañías de servicios tecnológicos pueden desempeñar un importante papel como integradores, y para lo que, necesariamente, han de apostar por estándares y herramientas abiertas.
Otra cuestión crítica de esta transformación del transporte público, que sea accesible con cualquier medio de pago, desembolsando la cantidad justa por la totalidad el desplazamiento, con una visión integradora en la que el usuario, ante varias opciones, elija la mejor en tiempo y en coste.
Gestión a través de los datos, necesidad estratégica del país
Como piedra angular de la economía digital, los expertos coinciden en que no es posible garantizar agilidad, estabilidad y disponibilidad del transporte sin datos. Aspecto destacado ocupa aquí el Plan de Innovación para el Transporte y las Infraestructuras 2018-2020 del Ministerio de Fomento, que contempla la disponibilidad de una infraestructura de datos enriquecida por todos los actores para tener una mejor gestión, añadiendo también como aspecto clave la interoperabilidad, y la importancia de los estándares de comunicación, en un mundo en el que puedan convivir diferentes plataformas que respeten dichos estándares.
Unos datos que pueden modificar los procesos de producción del propio transporte, de forma que la planificación sea resultado de una extrapolación de lo que está ocurriendo en tiempo real en el sistema de transporte, más que el fruto de los resultados de unas encuestas de movilidad realizadas meses atrás.
Este nuevo estilo de planificación, que podría llevar a pensar en soluciones como líneas a demanda en grandes ciudades, lograría acercarse a esa competencia que el nuevo escenario disruptivo traerá.
Los participantes en el debate resaltan la relevancia de los datos abiertos en el transporte, destacando iniciativas como la del Ayuntamiento de Madrid, en cuyo portal de datos abiertos, entre los cinco conjuntos de datos más consultados, tres tienen que ver con movilidad.
Citada también como modélica ha sido la iniciativa de la Dirección General de Tráfico, con su plataforma DGT 3.0, orientada a mantener conectados en tiempo real a los distintos usuarios de la vía, logrando así una movilidad más segura e inteligente.
En 2040 la conducción humana desaparecerá
En torno a la ciberseguridad se pone el foco en las redes tecnológicas de operación (OT), que tienen más probabilidades de ser afectadas, ya que, apuntan, que las IT, por lo general, están más protegidas. Un campo clave en el que han reconocido carencias, tales como medios limitados para contratar a gente experta.
Y continuando con la seguridad, el coloquio gira hacia el vehículo autónomo, el cual opinan que marca un camino, aunque con incógnitas. Si el factor humano, responsable del 90% de los accidentes, desaparece, ¿cómo será el periodo de transición? ¿cuál será el papel de los seguros? ¿conduciremos sólo en circuitos?
Son todos ellos grandes debates en los que los expertos echaron en falta una apuesta europea, un acuerdo transnacional.
Cambio de modelo
Las cifras apuntadas hablan por sí mismas. En Madrid, el 70% de las emisiones de óxidos de nitrógeno provienen del transporte, unas cifras que se completan con el número de personas que mueren prematuramente por la baja calidad del aire, más de 25.000 al año en España, cuestiones que forman parte de las principales preocupaciones de los ciudadanos.
Se menciona la velocidad como el gran reto para que el transporte público sea una alternativa al resto de opciones, porque, todos coinciden, hay que sacar coches de las ciudades, para lo que se plantearon medidas que hagan más atractivo el transporte público, tales como bajar el IVA al tipo superreducido, acciones de comunicación o acciones educativas, ya que, destacan, que, ante todo, se trata de concienciación y cambio de hábitos.
Citan finalmente la sensibilidad ambiental de las nuevas generaciones, el teletrabajo o la necesidad de invertir más en movilidad urbana e interurbana, aspectos en los que la movilidad como servicio puede ayudar a ver la ciudad como un espacio más convivencial.
Han intervenido en la jornada “Digitalización del transporte”, organizada por el Observatorio del Sector Público de IECISA, Carme Fábregas, Chief Technology Officer de la Autoritat del Transport Metropolità, Enrique Diego, Director de Tecnología de la EMT, Javier de las Heras, Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, Francisco J. López Carmona, Director General de Gestión y Vigilancia de la Circulación del Ayuntamiento de Madrid, Lucas Calzado, Gerente del Área de Estaciones en Renfe Viajeros, Ignacio Martínez, Director de Tecnologías de la Información y Transformación digital de INECO, Manel Villalante, Director de Movilidad e Infrastructuras del Transporte de la Agencia Barcelona Regional, Antonio Babío, Director de Transit& Smart cities de Santander España Merchant Services, Jesús Herrero, Secretario General de ATUC (Asociación de Empresas Gestoras de Transportes Urbanos Colectivos), Rubén González, Director de Tecnologías de Transporte y Tráfico de IECISA y Víctor Izquierdo, Presidente del OSPI y moderador.