En esta #PíldoraDeCambio, Aritz Urresti explica la importancia de estar motivados en la jornada laboral, especialmente para los empresarios de Pymes que suelen estar sobrecargados de tareas y responsabilidades y para los autónomos en su reto diario de salir adelante para aumentar su productividad y lograr sus objetivos
La mayor parte del tejido empresarial en España está formado por Pymes y Micropymes -empresas que cuentan con menos de 250 empleados- y autónomos. Son la ‘espina dorsal’ de la economía. Y no es para menos. Hablamos del 99.8% de las empresas inscritas en la Seguridad Social, según datos proporcionados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. En abril de este año, el total de las pequeñas y medianas empresas en nuestro país alcanzaba el 1.323.210 y los autónomos 1.546.209.
Un autónomo o Pyme, como cualquier otra empresa, necesita priorizar y gestionar su tiempo para ser más productiva y competitiva en esta era digital. La estructura y/o composición de las Pymes todavía exige un sacrificio personal muy elevado, el gerente y el dueño de la empresa suele ser la misma persona o está todavía muy implicado en el día a día y muchas veces se ve desbordado e imposibilitado para parar y reflexionar sobre cómo invertir la situación.
El capital humano en las pymes es primordial, pero suele estar sobrecargado de tareas, tareas que no saben que en un 90% son tareas que no reportan beneficios directos a la cuenta de resultados por lo que les impiden salir de un bucle pernicioso que acaba menoscabando la calidad de vida de las personas y por tanto su motivación y compromiso con la empresa.
En este escenario, los empresarios y autónomos son personas con sueños que luchan cada día por salir adelante y cumplir sus objetivos. Y para ello necesitan grandes dosis de motivación, ese motor que les impulsa a conseguir lo que se propongan. ¿Qué necesita un empresario para triunfar? La financiación, los conocimientos, y la dedicación no lo son todo. Necesitanmotivos con fuerza suficiente y las acciones adecuadas para llevar adelante su cometido, su negocio, proyecto o trabajo. La motivación es la que nos mueve y la que nos pone en marcha. Nada se puede hacer sin esa inyección, ni con la mejor de las voluntades.
La palabra motivación significa un motivo para la acción. Ese impulso consiste en unos objetivos bien definidos y en unos grandes «para qués» que se traduzcan en una motivación poderosa, esto es, en nuestros sueños que son deseos sinceros.
Alcanzar la esencia de lo que mueve a la acción exige ser muy concretos: saber quién quiero ser y qué quiero hacer, para qué lo quiero, cómo sabré que he conseguido mi objetivo o cuándo espero lograrlo, son algunos de los interrogantes que debemos plantearnos antes de ponernos en marcha. Sin motivación personal no hay motivación profesional y cualquier éxito estará vacío de nosotros.
7 claves para que Pymes y autónomos encuentren la motivación diaria
¿Sabes determinar tus sueños y elaborar tu rueda de la vida?