La proporción de empresas del sector que cumplen con sus pagos puntualmente se queda en el 40%, muy por debajo del porcentaje de cumplimiento entre el conjunto del resto de los sectores que es de un 52%. De las 41.034 empresas del sector, la mayor parte son sociedades limitadas (50%) y empresarios individuales (35%).
Según Nathalie Gianese, Directora de Estudios de INFORMA D&B: “El retraso medio en los pagos del sector energético en España se mantuvo por debajo de la media nacional desde 2010 hasta el primer trimestre de 2016. Desde entonces se ha comportado siempre peor, quedando casi 3 días por encima en los primeros tres meses de 2018”.
La demora en los pagos entre las empresas del sector varía notablemente según la comunidad, aunque en la mayoría el comportamiento es peor que el de la media nacional. Las mayores diferencias las encontramos en La Rioja y Baleares, que son también las comunidades donde las empresas energéticas alcanzan un mayor retraso medio, de 26,10 y 23,03 días respectivamente. Por el contrario, Navarra y Asturias son las que mejor se comportan, con una demora de 7,15 y 7,20 en cada caso, y están entre las que se encuentran por debajo de la media del sector, junto a Galicia, Castilla La Mancha, Castilla León, Murcia y Extremadura.
El tamaño de las empresas energéticas influye en su comportamiento de pagos. Las micro, las pequeñas y las medianas empresas pagan peor que la media de su categoría, con 16,10, 12,48 y 15,14 días de retraso en cada caso, mientras que las grandes lo hacen mejor y con una demora menor, 11,94 días frente a los 14,65 de la media.
Respecto a otros países europeos, el sector de Energía español se sitúa por detrás de Países Bajos, Bélgica y Francia, donde acumula retrasos medios de 6,47, 11,36 y 13,64 días. El peor comportamiento se registra en Portugal, donde se dilata 26,17 días de media.
* Este estudio ha consistido en el análisis estadístico de los datos de DUN TRADE®. INFORMA D&B, a través de su programa DUN TRADE® ha constituido una base de datos única, formada por 1,6 millones de experiencias de pago, tanto positivas como negativas, en la que se puede apreciar el comportamiento de más de 400.000 empresas diferentes en España. Constituye, por lo tanto, una válida referencia para determinar los hábitos reales de pago.