Economía

El REAF contabiliza 200 cambios en el impuesto sobre sociedades en la última década, muchos de ellos en aspectos fundamentales

De izda. a dcha: Luis del Amo, secretario técnico del REAF; Eduardo Sanz Gadea, ex inspector de Hacienda; Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España; Jesús Sanmartín, presidente del REAF, y Rubén Gimeno, director del Servicio de Estudios del REAF.
Miércoles 11 de julio de 2018
Según el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, “tanta modificación genera inseguridad jurídica y desincentiva a los inversores nacionales y foráneos”.

El Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) –órgano especializado en fiscalidad del Consejo General de Economistas de España– ha presentado el trabajo Declaración de Sociedades 2017 y novedades 2018 con el que pretenden llamar la atención sobre los aspectos más relevantes de esta campaña, a la vez que les sirve de palanca para debatir sobre la encrucijada en la que se encuentra el impuesto en la actualidad y sobre las posibles soluciones a la misma.

Con los datos de recaudación de 2007 a 2017 los economistas asesores fiscales consideran que, aunque se han incrementado los beneficios de las empresas en la salida de la crisis, a la recaudación por Sociedades le cuesta remontar, pese a haberse tomado medidas excepcionales como las restricciones a la compensación de pérdidas, la limitación de las deducciones por doble imposición, la imposibilidad de deducir deterioros –incluso con obligación de revertir los deducidos con anterioridad– o el fuerte incremento de los pagos fraccionados. Atribuyen este hecho a las pérdidas acumuladas por las empresas durante la crisis –que ahora están compensando–, y a la internacionalización de las grandes empresas, lo que produce que una parte muy importante de sus beneficios tengan origen en el extranjero –tributando por tanto allí–. Aun así, el REAF estima que el porcentaje de recaudación sobre el PIB en España, cercano al 2,5%, está en línea con los países de nuestro entorno.

El Servicio de Estudios del REAF ha contabilizado 200 impactos fiscales en el Impuesto sobre Sociedades en la última década, habiendo sido modificado, al menos, por 12 textos legales de importancia –incluyendo una reforma integral–, con cambios en aspectos tan importantes como la forma de corregir la doble imposición, la deducción de deterioros y la de las pérdidas en la transmisión de carteras; la introducción de limitaciones a la deducción de gastos financieros, bases negativas y deducciones, o el aumento por sorpresa del importe de los pagos fraccionados. Todo esto, según los economistas, puede ser contraproducente para la toma de decisiones de inversión por la inseguridad jurídica que genera.

Respecto a las novedades normativas que afectan a la Declaración de Sociedades 2017, desde el REAF destacan las siguientes: la imposibilidad de deducir las pérdidas habidas en transmisión de participaciones significativas y, en determinados casos, la minoración de las mismas, si se trata de pequeñas participaciones. En sentido positivo, mencionaron que la deducción prevista para las producciones cinematográficas se ha mejorado en algunos porcentajes y límites.

En cuanto a los principales aspectos a tener en cuenta cuando las empresas y asesores se enfrentan a esta declaración, alertan, entre otros, de los diferentes criterios administrativos sobre la deducibilidad de los intereses de demora, de la necesidad de prestar atención a la normativa mercantil cuando se trata la deducibilidad de las retribuciones de los consejeros con funciones ejecutivas, y de que los Tribunales Económico-Administrativos consideran que la compensación o no de bases imponibles negativas es una opción irrevocable cuando ha transcurrido el plazo voluntario para declarar. Asimismo, desde el REAF llaman especialmente la atención especial sobre uno de los pocos incentivos que no han sido podados, la reserva de capitalización.

En el acto, ha participado también el ex inspector de Hacienda Eduardo Sanz Gadea, quien ha realizado una reflexión acerca del Impuesto sobre Sociedades en el contexto de una economía globalizada. En este sentido, ha expresado que este impuesto se encuentra en una encrucijada desde el momento en que los Estados no están preparados para gravar los beneficios que no se generan a través de una sede física, cuando en nuestros días cada vez se aporta más valor a la cadena productiva desde sedes virtuales.

TEMAS RELACIONADOS:

Archivos adjuntos


Noticias relacionadas