Sin embargo, como la industria química es cíclica y altamente dependiente de los cambios en la economía global y de los cambios en los costes de materias primas -especialmente el petróleo y el gas-, la amenaza de una escalada de guerras comerciales constituye el principal riesgo de cara a sus perspectivas de futuro.
De acuerdo con el informe, uno de los países más expuestos a este riesgo es Estados Unidos, donde las previsiones patronales apuntaban sólidos crecimientos en 2018 (3,7%) y 2019 (3,9%). Muchos de sus subsectores disfrutan de la ventaja competitiva de los bajos costes del gas de esquisto, lo que ha transformado a Estados Unidos en el segundo productor mundial con menores costes de producción. Sin embargo, existe un riesgo elevado de que las políticas proteccionistas afecten a sus oportunidades de negocio, debido a la imposición de aranceles punitivos. En el caso de que se intensifiquen las disputas comerciales internacionales, existe el riesgo inmediato de que las medidas de represalia que adopten los socios comerciales afecten a la industria química de los Estados Unidos.
El informe difundido por la primera aseguradora de crédito española, que analiza en detalle la evolución del sector en Brasil, Estados Unidos, India, Indonesia, Italia, México, Polonia, Reino Unido y Turquía, prevé que el aumento de las fusiones y adquisiciones iniciada en 2015 continúe en 2018, sostenida por el interés de los inversores externos en aumentar su actividad en la industria química en un contexto financiero global de bajos tipos de interés.
El mercado mundial de productos farmacéuticos continúa enfrentándose a la presión en los precios y a la demanda de creación de valor. El informe de Crédito y Caución prevé que las ventas farmacéuticas globales crezcan alrededor del 3% en 2018, a un ritmo más lento que en años anteriores, impulsado especialmente por el mercado de medicamentos oncológicos. El impacto de la expiración de patentes será moderado este año, mientras que los precios de los genéricos continuarán disminuyendo. En 2018, se espera mayor actividad de fusiones y adquisiciones en la industria farmacéutica, impulsadas por la ralentización del crecimiento orgánico, la volatilidad de ingresos, el incremento de la I+D y los costes de comercialización y la incertidumbre en torno al rendimiento de las inversiones.