Sánchez Haro, frente a esa actitud “más que censurable” y ante la resolución ya definitiva con la que la Comisión de Comercio Internacional norteamericana confirma esos gravámenes del 34,75% (20% antidumping y 14,75 antisubvención) a la aceituna negra española, ha exigido a Bruselas que actúe con contundencia. “Ha de elevar el caso, con la máxima celeridad, a la Organización Mundial del Comercio (OMC), porque la medida es una verdadera aberración”, puesto que las ayudas concedidas “son y siempre han sido legales”, como lo certifica su establecimiento “bajo el paraguas de la Comisión Europea (CE) y su aceptación por la propia OMC como no distorsionadoras del mercado”.
El consejero ha aseverado, en este sentido, que Europa “no puede permanecer impasible” ante un “ataque frontal” que provocará pérdidas de 350 millones de euros durante cinco años (700 millones de euros si la medida se prorroga por un lustro más) a un sector que genera 8.000 empleos y dos millones de jornales al año en Andalucía y que, a su vez, ha insistido, pone en cuestión todo el sistema público de ayudas de la Política Agrícola Común (PAC). “Ningún producto agroalimentario que se beneficie del mismo está ahora mismo exento de esta amenaza”, ha subrayado.
Las conclusiones de la Comisión de Comercio Internacional norteamericana, que se publicarán de manera oficial en los próximos días bajo el argumento de que el sector de la aceituna negra andaluza exporta su producción a Estados Unidos por debajo de un valor justo por estar “subsidiado”, evidencian, desde la óptica de Rodrigo Sánchez, la “hipocresía” y la “desfachatez” de la Administración de Trump. Como muestra, ha dicho, “un botón”: el presidente de EEUU, “paradójicamente, ha anunciado un plan de 12.000 millones de dólares en ayudas a sus agricultores para paliar los efectos de su guerra comercial”.
Queda “más claro aún”, en palabras del titular de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, el “juego sucio” de unos aranceles que, “como sabíamos no buscaban más que dar a las empresas californianas que iniciaron el proceso con sus denuncias una injusta ventaja competitiva para acceder a ese 30% del mercado norteamericano que ocupa el sector andaluz”. Una posición, según ha continuado, “ganada a pulso gracias a su experiencia, modernización y conocimiento de los gustos del consumidor”. El daño, ha finalizado, puede ser “irreversible”, porque “ha cerrado las puertas del principal destino de nuestra producción y el hueco que dejan nuestras exportaciones ya empiezan a aprovecharlo otros países competidores”.