Cada uno ha salido de la crisis como ha podido. Desde los que lo perdieron todo, simplemente porque los bancos les cerraron la financiación, de un día para otro, aunque sus negocios eran rentables, hasta los que tenían un empleo estable y con muchos años de antigüedad y se vieron sorprendidos por un cierre inesperado, en el que la empresa, además, no abonó los importes de los despidos, mucha gente ha visto desmoronarse su vida en unos pocos meses.
Parece que la situación económica mejora y es hora de sacar alguna lección de lo que pasó. En este articulo podemos ver cómo muchas familias están recurriendo a la reunificación de deudas, para disminuir sus gastos financieros -el importe de los intereses mensuales que abonan- y alargar los plazos de pago, con lo que consiguen cuotas mensuales más reducidas y que les permiten ahorrar dinero y, además, poder cumplir puntualmente con los pagos comprometidos.
Para completar esta información, hemos recurrido a la experiencia de Inmofinan, empresa que se ocupa de encontrar la mejor opción de financiación para particulares, autónomos o empresas con la opción de devolución de las cantidad adeudada. Inmofinan es miembro de la Asociación Profesional Colegial de Asesores de Inversión, Financiación y Peritos Judiciales, cuyos orígenes se remontan a los años 50 del pasado siglo, y que tiene como asociados a las más prestigiosas empresas de asesoramiento financiero, agentes financieros, colaboradores de banca y seguros, intermediarios de crédito, consultores de empresas o peritos judiciales, entre otros profesionales.
Dos aspectos fundamentales al plantearse la reunificación de deudas
En primer lugar, cuando ya hemos perdido, o sabemos que estamos a punto de perder, el control sobre nuestras finanzas y somos incapaces de atender todos los pagos comprometidos, ha llegado el momento de delegar la negociación y la solución en un tercero que entienda nuestro problema, lo estudie profesionalmente y busque la mejor solución. Lo más normal es que las urgencias económicas del día a día nos impidan ver con claridad cuál es nuestra verdadera situación y cuál la mejor solución. Si nos empeñamos en negociar nosotros mismos nuevas condiciones con una o varias entidades financieras, además del tiempo, estaremos perdiendo más dinero. En tiempos de dificultades es más necesario que nunca conservar la calma, y pedir ayuda a alguien que esté acostumbrado a resolver problemas financieros mediante la reunificación de deudas.
En segundo lugar, debemos asegurarnos de que aquel intermediario financiero que se ocupe de nuestro caso no nos cobrará nada si no obtiene resultados en sus gestiones. Lógicamente, una vez cerrado el proceso de reunificación de deudas tendremos que abonar los honorarios, pero sólo en ese caso. Ya tenemos suficientes problemas como para aventurar recursos en una gestión incierta.
La forma más sencilla de superar una situación de este tipo, en la que usted se ha visto desbordado por la acumulación de microcréditos, por el aplazamiento de pagos de su tarjeta de crédito o por cualquier otra causa, es recurrir a la formalización de una hipoteca sobre algún inmueble de su propiedad. Ya sea que disponga de uno o no, o que, incluso, ya se encuentre usted inscrito en algún fichero de morosos, el asesoramiento de un profesional de la intermediación financiera que trabaje a éxito, le será de gran ayuda para recuperar el control sobre sus finanzas y, por lo tanto, sobre su vida.