En esta #PíldoraDeCambio, Aritz Urresti explica la importancia de conocer e identificar como es nuestra empresa, nuestros valores y atributos y nos ofrece 5 claves para diferenciarnos de la competencia
Cualquier empresa busca destacar sobre el resto. Conquistar al consumidor no es tarea fácil y para conseguirlo tienes que ofrecerle algo novedoso, pero también atractivo. Por esta razón, se deben resaltar aquellos valores y atributos que identifiquen a tu empresa de manera favorable y aporten un beneficio. Esto te ayudará a conectar mejor con tu público y a no tener que competir por precio, puesto que tus clientes acudirán a ti por lo que ofreces y la manera de hacerlo, por lo que hay detrás, por lo que significa comprar tu producto o servicio. Si logras identificar y definir los atributos de tu empresa, negocio o proyecto, destacarás y podrás tomar ventaja sobre tu competencia y decidir, si, además, quieres competir en precio o no.
Lo primero de todo, hay que tener claro cómo es nuestra empresa, cómo somos y cuáles son los valores que nos identifican. Para Aritz Urresti, CEO de goalboxes, que ha trabajado durante diez años con más de 10.000 profesionales y particulares, tiene claro que todos comparten y compartimos un patrón común y cinco criterios que nos definen: somos genéricos, intangibles, reactivos, no trabajamos por metas y no medimos los resultados.
5 claves para diferenciarnos de la competencia
Somos genéricos, intangibles, reactivos, carecemos de metas y no medimos. Tenemos que aprender a ser justamente lo contrario: específicos, tangibles, proactivos, fijarnos metas y medir los resultados para ser competitivos y diferenciarnos de la competencia directa e indirecta.
Debemos definir las áreas que componen la rueda de la vida: familia, trabajo, salud, formación, ocio y ética para poder establecer cuáles son las prioridades reales de nuestra rueda y poder así, gestionar nuestro tiempo de manera eficaz en el ámbito profesional y el ámbito personal. En muchas ocasiones la falta de automotivación nos lleva a genéricos y a no concretar y especificar nuestra estrategia de negocio y nuestro objetivo en la vida.
La mente no funciona procesando palabras sino imágenes y por eso debemos emplear un lenguaje específico y no genérico y tratar de “tangibilizar” y materializar las acciones. La falta de resultados para alcanzar nuestros objetivos y saber conectar las acciones cotidianas con nuestro objetivo final muestra que por defecto somos intangibles. Para diferenciar la compañía, debemos ser tangibles.
Somos reactivos y cumplimos lo sueños de los demás y no los propios. Debemos ser proactivos. No podemos estancarnos si queremos crecer y madurar. Para ello, es imprescindible hacer y pasar a la acción, mantener una mente abierta a nuevas ideas, nuevos cambios y proyectos, o simplemente, buscar el camino para cumplir con nuestras tareas con mayor facilidad.
Debemos establecer las metas que nos ayudarán a conseguir los objetivos que nos llevan a nuestros sueños. Estas deben ser realistas, alcanzables y tangibles. El planteamiento intangible y genérico es lo que provoca que los proyectos se dilaten, nos parezcan inasumibles y no seamos capaces de abordarlos perdiendo competitividad. Si no fijamos metas, vamos a la deriva como un barco sin rumbo.
Necesitamos medir los resultados. Sin medir no podemos mejorar y no podremos saber si avanzamos en la dirección adecuada. Se trata de establecer unos indicadores en diferentes áreas de la empresa. Medir nos permite tomar decisiones que mejoran los resultados e implantar las acciones que nos ayuden a crecer y avanzar hacia el cumplimiento de nuestras metas.