Aunque tomarnos un café o una copa nos puede parecer una buena idea en esos momentos de nervios, debemos tratar de evitar tomar alcohol o cualquier bebida excitante, pues tras una hora de haberlo consumido los niveles de ansiedad aumentan. De la misma manera, las comidas copiosas pueden ocasionarnos molestias gastrointestinales y derivar en problemas para conciliar el sueño.
Está demostrado que un paisaje agradable reduce el nivel de ansiedad y el estrés, principales enemigos de la conciliación del sueño. El paisaje desde el cielo, tanto si se ven grandes urbes como si se trata de un mar de nubes, relaja la vista y nos permite dormir. No obstante, si tenemos vértigo, deberemos elegir pasillo, siempre teniendo en cuenta que nos deberemos mover si nuestro compañero/s de fila quiere salir o que el trasiego de los auxiliares de vuelo puede interrumpir nuestro placentero descanso.
Cuando estamos nerviosos, los músculos se tensan y eso nos puede causar incomodidad durante el vuelo y pequeñas contracturas por la falta de movimiento. Un ejercicio que sirve para tranquilizarse es concentrarse en tensar todos los músculos para luego relajarlos, desde los pies y las manos, hasta las piernas y los brazos y repetir el ejercicio varias veces hasta que sintamos que no tenemos rigidez.
La ropa debe ser cómoda y holgada, ya que no comprime ninguna parte del cuerpo y facilita los movimientos. Los vuelos largos también pueden provocar una hinchazón de los pies por lo que el calzado debe ser amplio y a poder ser de una talla mayor a la habitual. La comodidad es prioritaria ya que la sensación de calor o de opresión puede acentuar la incomodidad.
La cabina va a estar iluminada durante gran parte del vuelo a no ser que en el destino de salida o llegada sea de noche. Es por ello que es conveniente llevar un antifaz para taparnos los ojos y evitar que la luz nos moleste. También es una manera indirecta de decir al personal de cabina que no deseas que se te moleste. Igualmente, unos tapones nos aislarán del ruido, tanto del propio de los motores del avión, como del que puede haber a bordo (bebés que lloran, conversaciones en tono elevado o locuciones del comandante a lo largo del vuelo). Muchas aerolíneas lo ofrecen en vuelos largos, pero otras tan sólo entregan los cascos para el visionado de películas o música, por lo que siempre es conveniente llevarlo.