Motor

Toyota Proace Verso Family Medio 2.0D

Aún es tiempo de vacaciones, aún es tiempo de disfrutar del ocio con toda la familia

Mariano García Viana | Miércoles 05 de septiembre de 2018
Con nada menos que 8 plazas, el Proace Verso, se configura como un gran monovolumen aunque esté derivado de una furgoneta media. Su equipamiento, su confortabilidad, su comportamiento seguro y su facilidad de conducción, le confieren como tal, a pesar que en este tamaño medio, llega casi a los 5 metros de longitud.

Como decimos la versión probada es la que se denomina media, pues existen una más corta y otra más larga, siendo la analizada la de mayor demanda y la que cubre perfectamente las necesidades de un cliente amante de las aventuras, el estar bien acompañado y con todo el equipamiento para disfrutar de su ocio a sus espaldas. Además de esa capacidad esta versión media permite una mayor comodidad para los 8 pasajeros, conservando una maniobrabilidad que con la versión larga ya seria más complicada, teniendo en cuenta la gran distancia entre ejes que ofrece el modelo.

Aunque como hemos dicho su origen es una furgoneta de carga media, por cierto muy eficiente y de gran aceptación por profesionales, tanto empresarios como autónomos. Pues bien, esta versión Verso, tiene la suficiente personalidad, está tan bien rematada, por dentro y por fuera, que la hacen acreedora de calificarla como un gran monovolúmen. De entrada su carrocería tiene cierta elegancia y la hacen rápidamente asociarla a un transporte VIP, “culpa” de ello son los detalles que adornan la carrocería, como los cristales tintados, la pintura metalizada, el frontal, dotado de faros de xenón con luz diurna de leds y faros antiniebla, así como líneas cromadas que desde los faros se unen al logotipo central u otras de aluminio satinado enmarcando la gran entrada de aire inferior. Unas bonitas llantas de aleación y los pasos de rueda señalados en la propia carrocería, distinguen la visión lateral, mientras que la parte trasera esta dominada por una enorme luneta, que forma parte del gran portón, cuya apertura baja hasta la mitad del paragolpes, con lo que se facilitan las operaciones de carga y descarga del equipaje o utensilios de ocio y deporte. Los completos grupos ópticos verticales, completan visualmente esta conseguida parte posterior.

Como no podía ser de otra manera, en un vehículo de estas características, el interior esta completamente en línea con el aspecto exterior. El habitáculo es amplio en todos los sentidos y ofrece una enorme confortabilidad para los 8 pasajeros que lo ocuparían normalmente, con sus respectivos equipajes. El conductor y su acompañante tiene un acceso fácil a pesar de la notable altura en la que están situados los asientos delanteros, que por cierto son francamente confortables y sujetan bastante bien el cuerpo. Ante el conductor se ofrece un salpicadero parecido a de un turismo, pero con menos concesiones a la creatividad, ya que es sencillo y sobre todo muy práctico, pues los mandos en general están muy al alcance de la mano y en zonas lógicas. Siguiendo es línea de sencillez, nos encontramos un cuadro con los dos típicos grandes indicadores analógicos, para velocímetro y cuentavueltas, acompañados de dos más pequeños para temperatura y nivel de combustible y entre ellos la pequeña zona donde se reflejan datos del ordenador y de otras funciones del coche. Hay que señalar que se cuenta también con el Head up display, cuya lámina de plástico se despliega ante los ojos del conductor ofreciendo además de la velocidad información sobre la autorizada o la velocidad de crucero elegida.

En el centro del salpicadero, encontramos la pantalla táctil multifunción escoltada por las salidas de aire centrales. Más abajo se inicia una consola “flotante” con interruptores auxiliares, los mando del climatizador y en el borde la palanca de cambios. La guantera tiene buena capacidad y además las bolsas de las puertas son generosas, como también lo son otros huecos repartidos por todos los confines del coche y en cada fila de asientos. A la segunda fila se accede cómodamente, a través de las puertas correderas de gran tamaño y accionamiento de apertura y cierre eléctricos. En esta versión se dispone de tres confortables asientos individuales, que van montados sobre railes que permiten desplazarlos (20 centímetros como máximo) en dos partes, con una plaza y otra con dos y así adaptarlos a las necesidades de cada momento. Tras los respaldos de los dos asientos delanteros, existen unas redecillas portaobjetos y ambas mesitas plegables. Desde esta fila se pueden manejar las salidas y los ajustes del climatizador en los mandos situados en el techo e incluso se dispone de cortillas en las dos puertas.

El acceso a la tercera fila de asientos se realiza bastante bien, pues para hacerlo basta abatir de modo sencillo el respaldo del asiento extremo de la segunda fila e incluso desplazarlo hacia delante por el carril. La postura es igual para ambas filas, un poco erguida, pero lo suficientemente cómodas para emprender viajes de muchas horas, pues el techo queda lejos, las piernas se pueden mover fácilmente y la anchura permite alojar a tres personas sin problemas. Por su parte, el maletero, con las tres filas montadas, tiene una capacidad de 603 litros, con dos filas de 1.000 litros y ya con solo los dos asientos delanteros de 2.700 litros o sea casi como la furgoneta de la que deriva. Pero lo lógico en esa utilización que mencionábamos más atrás, es llevar montadas las tres filas o al menos dos. Hay que tener en cuenta que montar y desmontar los asientos requieren un cierto esfuerzo pues pesan lo suyo. En definitiva, un habitáculo sumamente amplio en el que pueden viajar cómodamente 8 personas en viajes largos.

Si, como hemos repetido varias veces, viajar en el Proace Verso Family, es muy agradable y confortable, a ello colabora también el excelente motor que lo mueve y que es capaz de mantener una media alta y sostenible. La motorización se trata de un dos litros diésel de 150 CV de potencia a 4.000 vueltas, disponiendo de un par de 370 Nm a 2.000 revoluciones. El elevado par asegura unas excelentes recuperaciones aunque se vaya cargado y las revoluciones bajen de esa mencionadas 2.000. Sin necesidad de cambiar y reducir el coche se recupera con una reconfortante rapidez. En cuanto a prestaciones, la velocidad máxima se cifra en los 170 kms/h y la aceleración de 0 a 100 km/h en 11 segundos. Pero lo importante más que las cifras frías es su capacidad rutera con un consumo un poco más alto de los 5 litros a los 100.

Otro factor importante para conseguir ese estupendo nivel rutero, son sus suspensiones, con McPherson delante, más barra estabilizadora y rueda tirada con brazos independientes detrás. Ambos sistemas se encargan de sujetar el coche perfectamente a pesar de su considerable volumen y sus poco más de 1.705 kilos en vacío. En ciudad tenemos que tener en cuenta que tenemos casi cinco metros de longitud, por lo que debemos cuidar las maniobras cerradas por calles estrechas y calcular bien las distancias. En carretera el Proace se muestra muy “asentado”, es decir que transmite una gran seguridad y facilidad en la conducción, aumentado por un equipo de frenos a la altura del resto del coche, mostrándose siempre eficaces e insensibles a la pérdida de eficacia en una utilización profusa.


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