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Expertos nacionales e internacionales exponen los últimos avances científicos sobre el uso de e-cigs contra el tabaco

Carmen Escrig, coordinadora internacional de Move.

En el Tobacco Harm Reduction Summit celebrado este miércoles

Miércoles 19 de septiembre de 2018
Se trata del primer congreso de carácter científico celebrado en España sobre la reducción de daños, con el objetivo de generar un debate abierto sobre los cigarrillos electrónicos.

Barcelona ha acogido hoy el primer congreso de carácter científico celebrado en España sobre reducción de daños por tabaquismo, para generar un espacio de debate abierto en torno al uso de productos de riesgo reducido como alternativa al tabaco. A lo largo del Tobacco Harm Reduction Summit, organizado por ANESVAP (Asociación Española de Usuarios de Vaporizadores Personales) y por MOVE (Organización de Médicos en Apoyo del Vapeo), los mayores expertos nacionales e internacionales han puesto sobre la mesa las últimas evidencias científicas respecto a los vaporizadores personales.

Así, ponentes de la talla de Linda Bauld, Directora Adjunta del Centro de Estudios sobre Tabaco y Alcohol del Reino Unido; Miguel de la Guardia, Doctor en Química por la Universidad de Valencia; o Konstantinos Farsalinos, Investigador en el Centro de Cirugía Cardíaca Onassis, han analizado los efectos reales de la nicotina, el efecto del vapeo en terceras personas o la controversia en torno a los e-cigs como puerta de entrada al tabaquismo para los más jóvenes.

Entre los estudios más relevantes presentados, destaca el de Riccardo Polosa, Director del Instituto de Medicina Interna de la Universidad de Catania. Polosa se centró en la reversión del daño causado por el tabaco en pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) que se han pasado al cigarrillo electrónico, total o parcialmente. Los resultados obtenidos mostraron que los pacientes que cambiaban el tabaco por el vapeo tenían menores posibilidades de recaída y, además, se redujeron sus exacerbaciones de la EPOC y se atenuaron sus infecciones respiratorias, al tiempo que mejoraba su estado de salud en general.

Por su parte, Ángel González Ureña, Director del Departamento de Láseres y Haces Moleculares del Instituto Multidisciplinario de la Universidad Complutense de Madrid, expuso los resultados de su investigación sobre el efecto del vapor en terceras personas. Tras un exhaustivo estudio, llegó a la conclusión de que las personas situadas cerca de un vapeador inhalan cien veces menos nicotina que un fumador pasivo, unos niveles insignificantes que descartan la existencia del vapeador pasivo.

Un antes y un después para la reducción de daños en España

Para ANESVAP y MOVE, la celebración de este Summit marca un hito en la lucha contra el tabaquismo en España. Por primera vez, se ha generado un espacio de debate basado en las evidencias científicas sobre la reducción de daños, algo que permite seguir el camino de países como Reino Unido o Estados Unidos, líderes en control del tabaco y que apuestan ya por el e-cig en sus estrategias contra esta adicción.

Carmen Escrig, Coordinadora Internacional de MOVE y una de las impulsoras del Summit, ha valorado esta primera edición: “El THR Summit ha tenido una gran acogida entre las autoridades y personalidades médicas, científicas y políticas, y nos ha permitido mostrar la realidad científica sobre la reducción de daños. El cigarrillo electrónico está reduciendo las tasas de tabaquismo en muchos países, especialmente en aquellos que lo incluyen dentro de sus estrategias anti-tabaco, como el Reino Unido. Los fumadores pueden disponer ya de nuevas alternativas que les ayuden a luchar contra su adicción, y la comunidad médica y científica no puede darles la espalda”.

El objetivo ahora es que las asociaciones sanitarias españolas de control del tabaco se sumen a este debate y se abran a participar en futuras ediciones, después de haber declinado la invitación para este primer Summit. En palabras de Carmen Escrig, “es una pena que algunas de las principales sociedades científicas se dejen llevar por el alarmismo en lugar de participar en un congreso que ha tenido la voluntad de debatir, desde un punto de vista eminentemente científico e independiente, sobre un fenómeno que podría salvar las vidas de millones de fumadores”.

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