Y, por otro, se empezará inmediatamente un programa de ventas para la posición restante en Repsol del 4,75%, con el objetivo de finalizarlo antes del cierre del primer trimestre de 2019. Las ventas se limitarán diariamente a un máximo del 15% del volumen negociado en el día.
Esta participación del 4,75% en Repsol pasa a contabilizarse como “Activos financieros a valor razonable con cambios en otro resultado global”. Por lo tanto, tras la entrada en vigor de la normativa IFRS9 y de acuerdo con la política contable del Grupo, las oscilaciones en la cotización de las inversiones financieras registradas bajo este epígrafe, serán registradas en patrimonio (Otro Resultado Global) y no tendrán efecto en la cuenta de resultados.
CaixaBank mantiene el objetivo de rentabilidad del 9-11% para 2018
Se estima que este programa de ventas de la participación en Repsol resultará en una pérdida extraordinaria neta de, aproximadamente, 450 millones de euros en la cuenta de resultados del tercer trimestre de 2018 y, una vez concluido el proceso de venta, en un impacto prácticamente neutral en la ratio Common Equity Tier 1 (CET1) fully loaded.
Además, se reitera el actual objetivo de retorno sobre capital tangible (“RoTE”) para CaixaBank del 9-11% para el año 2018.
Esta operación se enmarca en los objetivos del Plan Estratégico 2015-2018 de la entidad, entre los que se incluía reducir el peso del consumo de capital de la cartera de participadas, que al cierre de 2014 alcanzaba el 16%. Al finalizar el segundo trimestre de 2018, el capital asignado a las participadas se sitúa en torno al 5%, tras completar distintas operaciones en este periodo, especialmente las ventas de las participaciones en The Bank of East Asia y Grupo Financiero Inbursa, y la toma de control en BPI.