En España, el estudio Aladino de 2016 señala que el 18% de los menores tiene obesidad, mientras que el 23% tienen sobrepeso. Llevar una alimentación variada y saludable y realizar actividad física, son clave para reducir estas cifras alarmantes.
¿Por qué hay niños obesos?
En un número muy pequeño de los casos, se debe a una alteración endocrina heredada de los padres. Pero normalmente, la gran mayoría de los menores que padecen esta enfermedad se debe a que llevan hábitos de vida poco saludables (en la alimentación, poco ejercicio físico...). Por eso, Sònia Cibrián, la especialista en Nutrición de mediQuo – una app de chat médico 24 horas, los 7 días de la semana-, afirma que “ante un niño con sobrepeso, siempre se ha de realizar una historia clínica detallada, junto a una exploración física exhaustiva, calculando el índice de masa corporal, que será lo que proporcione el diagnóstico”.
¿Qué problemas pueden tener estos niños?
Al problema estético que supone la obesidad -que, a veces, influyen en las relaciones personales y en la autoestima del niño-, se le suman la fatiga a la hora de hacer ejercicio y los dolores articulares. Además, son más propensos a tener el colesterol y la tensión arterial más elevada.
Por si fuera poco, en los últimos años se ha producido un aumento de la prevalencia de diabetes mellitus tipo 2, enfermedad típica de los adultos, entre la población infantil. Asimismo, la especialista en Nutrición de mediQuo asegura que “un niño obeso tiene más posibilidades de ser un adulto obeso, con el consiguiente aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares”.
Tratamiento y prevención de la obesidad infantil
Desde pequeños hay que prevenir el desarrollo de la obesidad y el sobrepeso. Por ello, Cibrián recomienda inculcar a los progenitores un estilo de vida saludable que, sobre todo, ha de partir del entorno familiar:
Si a pesar de estas medidas existe preocupación por el estilo de vida o peso del menor, la especialista en Nutrición de mediQuo recomienda “consultar al pediatra para que pueda aconsejar a los padres sobre cómo abordar el tema o derivar al progenitor a otro especialista en casos de obesidad importante”.
En definitiva, si un niño padece obesidad es fundamental mejorar la alimentación y promover una vida más activa. Está demostrado que cuando todo el entorno del pequeño (escuela, familia, etc.) incentivan estos cambios, los resultados son más favorables. Además, es importante que los cambios hacia un estilo de vida más saludable se hagan siempre poco a poco, reconociendo su esfuerzo y marcando pequeñas metas a superar. Si se intentan realizar cambios importantes podemos causar resistencia en el niño y que el proceso para recuperar el peso normal sea aún más complicado.