Además de los costes declarados del trabajador afectado, de las bajas y de posibles enfermedades derivadas, las compañías se enfrentan a otras pérdidas que están derivadas directamente de los siniestros y que a veces no pueden ser correctamente cuantificadas, como la disminución de productividad, los daños de imagen de marca e, incluso, los gastos de reparación, el tiempo de inactividad y las pérdidas del valor residual de la flota involucrada en los incidentes.
Por este motivo, ALD Automotive recuerda a las empresas la necesidad de realizar las revisiones pertinentes a sus flotas y a interesarse por el mantenimiento de los vehículos, y destaca la importancia de categorizar como conductores a sus trabajadores y a formarles con programas adaptados a sus necesidades.
Para ello, es clave implementar las nuevas tecnologías en los vehículos a través de herramientas de evaluación telemática quepermitan identificar y analizar los estilos de conducción, de manera que los programas integrales de formación puedan adaptarse a cada conductor.
De esta forma, tal y como señala Noemí Ruiz, directora de RRHH de ALD Automotive, “estos cursos, tanto teóricos como prácticos, desarrollan las habilidades y potencian la educación vial, favoreciendo no solo una mayor sensibilización al volante, sino que también disminuye el riesgo de accidentes y los gastos asociados, aumenta el ahorro de combustible y reduce los costes”.
Asimismo, la incorporación de los sistemas telemáticos ayuda a las empresas a la gestión de sus flotas, ya que les permite hacer un seguimiento de los vehículos para optimizar el tiempo, la productividad y el ahorro, además de obtener datos referentes a la seguridad que les facilita la planificación de estrategias de gestión de riesgos.En este sentido, destaca Ruiz, “las funciones de asistencia a la conducción modifican los hábitos de conducción de los usuarios, incrementando la eficiencia y reduciendo la cifra de percances en la carretera durante el desempeño profesional”.