Son varias las razones y los motivos que avalan este dato. En primer lugar, el notable crecimiento en la demanda de estas actividades. En los últimos cinco años el número de personas que se han interesado por ellas ha crecido un 30% en España, casi duplicando la demanda preexistente.
Este hecho ha provocado que las aperturas de centros de este tipo se hayan multiplicado por tres tratando de satisfacer esa demanda subyacente. De todos ellos apenas un 10% ha cerrado o cierra por distintos motivos, un 25% se mantiene y un 60% (de forma aproximada en todos los casos) son rentables y crecen año a año.
Otra de las razones para este crecimiento es la tendencia a la vida sana y saludable a través de buenas prácticas no sólo en la alimentación sino también en el deporte y la actividad física. En los últimos tres años se calcula que cerca de un tercio de la población practica más deporte del que venía haciendo tradicionalmente.
En este informe de Soluna se destaca que la lucha contra el estrés ha sido otro incentivo más a la hora del incremento en la demanda, puesto que casi el 35% de las personas creen en el yoga como una de las actividades que mejor combate los problemas derivados del estrés.
Atendiendo a la parte económica del informe, la inversión en centros de este tipo se considera de fácil retorno. El espacio que necesitan por regla general suele ser el 50% de un gimnasio convencional, con poco gasto en máquinas e inmovilizado para el desarrollo de las actividades. Esto, unido al precio competitivo que tiene cada clase más la notable demanda facilita la amortización de la inversión a medio plazo.
Finalmente conviene resaltar que existe un notable interés por parte de cadenas de gimasios y centros deportivos en incorporar el yoga y el pilates a su oferta, lo que ha llevado en un 5% de los casos a la compra o absorción de pequeños negocios locales dedicados a estas actividades.