Motor

Audi A8 L 50 DTI Tiptronic Quattro

Aunque parezca una perogrullada, un auténtico lujoso salón rodante

Mariano García Viana | Miércoles 24 de octubre de 2018
Audi nos tiene acostumbrados a ofrecer modelos de distintos segmentos, con un doble denominador común, su excelente terminación y su avanzada tecnología. En el A8 L ambas premisas llegan a su máxima expresión y no solo en ellas dos, sino también en otras virtudes exclusivas de coches únicos.

La cuarta generación del A8 sigue la línea de sus antecesores, es decir, el de ser uno de los modelos de representación más prestigiosos del mundo y que forman parte de la flota de multitud de políticos “premieres” mundiales o de las más altas personalidades del mundo financiero e industrial, para ser conducidos por un chófer y, sobre todo en esta versión L, disfrutar del enorme espacio disponible en las plazas traseras y de todos sus elementos de lujo y confort. Pero también puede ser el objetivo de otros privilegiados clientes de gran poder adquisitivo, a los que les gusta viajar a lo grande rodeados de un espacio infinito plagado de tecnología, seguridad y detalles exclusivos.

La carrocería del nuevo Audi A8 sigue el principio de construcción Audi Space Frame. Está compuesta en un 58 por ciento de elementos de aluminio, cuya resistencia ha aumentado de forma significativa en comparación con el modelo anterior. Para la célula del habitáculo se recurre a componentes de acero conformados en caliente, complementados por un panel trasero extremadamente rígido realizado en polímero reforzado con fibra de carbono (CFRP). Una viga de magnesio completa el concepto de construcción ligera. Con su combinación de cuatro materiales diferentes, representa un nuevo nivel en cuanto a la aplicación del diseño multimaterial en beneficio del cliente, y no sólo en términos de reducción de peso y una mayor rigidez.

Exteriormente el nuevo A8 L impresiona por su imponente aspecto y su innegable toque deportivo, es como si mezclara sabiamente la solidez de una gran berlina, pero a la vez la ligereza de un pequeño deportivo. Como pasa en muchos de los modelos recientes de la marca, en el frontal destaca la parrilla hexagonal Singleframe, más ancha y baja, pero que en este caso contiene unas lamas cromadas con doble línea en sus extremos y se complementa perfectamente con los estrechos faros HD Matrix LED, que precisamente están divididos en dos, la parte baja con la luz de día y la superior con el faro propiamente dicho, que por cierto proporciona una iluminación fenomenal. Los antiniebla con sus líneas cromadas alrededor se sitúan a cada lado de la mencionada parrilla en su parte más baja. Cada unidad de luces de carretera HD Matrix LED está compuesta por 32 pequeños diodos, controlados individualmente de forma electrónica y divididos en dos hileras. Esta nueva configuración hace que el A8 pueda ofrecer una iluminación aún más dinámica y precisa junto con las luces de cruce de control variable. El haz de luz se atenúa exclusivamente en el punto

necesario para no deslumbrar a los demás usuarios de la vía. El control de alta precisión para el sistema HD Matrix LED se sirve de la información suministrada por la cámara frontal y utiliza los datos de la navegación para iluminar el giro justo antes de mover el volante. Algo parecido sucede con la luz de cruce, que entra en funcionamiento antes incluso de alcanzar la intersección. La luz de curva se activa en tres etapas, de una manera dinámica y en un ángulo máximo de 90 grados. En total cada unidad HD Matrix LED incorpora 138 diodos LED y un diodo láser de altas prestaciones.

La silueta del A8 L es desde luego la de una “gran limusine” y su larga puerta y ventilla trasera así lo denotan, pero los voluminosos pasos de rueda también confieren una gran solidez a esta visión lateral. La baja línea de cintura empieza en los faros delanteros y se extiende por los laterales, recorriendo los tiradores de las puertas hasta llegar a los pilotos traseros. Un pliegue situado bajo la ventanilla se encarga de resaltar la longitud de la carrocería. Al igual que la parte delantera, la trasera es típica de Audi, con sus grandes y horizontales grupos ópticos Oled, que emiten una suave y potente luz, Constan de cuatro OLED ultra planos en cada módulo, subdivididos cada uno en cuatro segmentos con control individual. Los dos laterales cumplen la función de iluminación constante, mientras que los otros dos son las luces de freno. Bajo los OLED también hay una tira de LED que se adapta a la luz ambiental cuando se pisa el freno. Lo mismo sucede con los intermitentes, que se sitúan justo debajo de ella. Cada grupo óptico trasero tiene 135 diodos emisores. En esta ocasión los grupos ópticos están separados por una franja cromada que a la vez los une prolongándose, junto a una línea de los propios pilotos, a todo lo ancho de la carrocería. La parte inferior del paragolpes integra los embellecedores de escape trapezoidales, también con acabado cromado.

Abril la puerta del A8 L y encontrarte un panorama que te invita claramente a entrar y acomodarte en los asientos, es completamente esperable y si son los dos asientos de atrás (La configuración es para cuatro personas), es entrar y estirarte como si estuvieras en el mejor sillón de tu casa, con una calidad de materiales a toda prueba y rodeándote los aparatos electrónicos que pueden hacerte el viaje más entretenido y agradable, incluida tu temperatura individual. El conductor se encuentra con un salpicadero de superficies limpias, dividido en dos partes, la superior cubierta de suave piel, solo “rota” por las salidas de aire laterales y centrales (Que se ocultan al cerrar el coche o apagar el climatizador) y lógicamente por el generoso cuadro de instrumentos. La parte inferior, de un material brillante denominada Black Panel, contiene, en su parte izquierda, alguno de los pocos pulsadores de que se dispone a la vista, mientras que en la ancha parte central, de forma superdiscreta, si sitúa la pantalla multifunción de 10,1 pulgadas, entre cuyas funciones está la de reproducir las imágenes de las 4 cámaras periféricas de que dispone el A8. Más abajo, conformando la verdadera consola que se extiende horizontalmente entre los asientos delanteros, encontramos otra pantalla táctil, también con el efecto de panel negro, de 8,6 pulgadas, desde la cual se maneja el climatizador o la ventilación y calefacción de los asientos. Esta pantalla dispone de otra función: la de panel táctil de escritura. Cuando, por ejemplo, en el sistema multimedia se presiona sobre la opción de buscar una dirección para el sistema de navegación, todos los iconos del climatizador desaparecen y en su lugar se despliega una pantalla negra con una matriz de puntos sobre la que se puede «escribir» con el dedo, como si lo hiciéramos en un papel o letra a letra. La capacidad del sistema para comprender lo que se dibuja con el dedo es sorprendente. Es un elemento de equipamiento muy útil para introducir direcciones y que complementa bien al sistema de órdenes vocales. Debajo de la pantalla del climatizador hay una fila de pulsadores que sirven para cambiar de modo de conducción, desactivar el ESP, encender los intermitentes de emergencia y para activar la función de desempañado del parabrisas y de la luneta.

Volviendo al mencionado cuadro de mandos, digamos que esta formado por una pantalla de 12,3 pulgadas, cuyos grafismos se ven estupendamente independientemente de la función elegida y de la luz exterior que reciba. Su conformación se puede elegir, con el fondo del navegador, con el cuentavueltas (siempre a la izquierda) y el velocímetro a la derecha, pero con distinto tamaño o más pequeños o más grandes, entremedias queda un espacio para mostrar la información de los distintos menús, como el ordenador de viaje, el sistema multimedia, el del teléfono y el mencionado mapa del sistema de navegación. En la versión probada, además de la batalla larga, el A8 estaba configurado para tener en las plazas traseras capacidad para dos personas, con lo cual la consola entre los dos asientos delanteros, se prolonga hacia atrás y ofrece las salidas del climatizador. Por su parte el reposabrazos de este asientos doble trasero se convierte en una consola desde la cual se pueden manejar las posiciones del asiento de cada ocupante y mediante una tableta de 5,7 pulgadas extraíble, se pueden regular, el sistema del climatizador para estas plazas, afinar aún más las posibilidades de los asientos, controlar las luces del habitáculo, subir o bajar las cortinillas de amabas ventanillas traseras y la de la luneta o abrir o cerrar las del techo solar o el propio techo, además del inmejorable equipo de audio. También ante estos dos pasajeros traseros y situadas en los respaldos de los asientos delanteros, encontramos unas pantallas de generoso tamaño que además de reproducir posibles videos del sistema multimedia, también reproduce el menú de éste al igual que la pantalla delantera principal. En cuanto al maletero digamos que su capacidad es de 505 litros, en consonancia con el tamaño del coche independientemente del “alargamiento” de esta versión L, ya que el mayor espacio se centra en las plazas traseras.

Describir todo el equipamiento y las tecnologías de infoentretenimiento de que dispone el A8 L, no solo necesitaría más espacio del que disponemos, sino casi una descripción por fascículos de la cantidad de ellos con los que cuenta el coche. Por ello y para no alargarnos más, vamos a centrarnos ahora en su motorización que también tiene su aquel. En esta ocasión el A8 L, monta un seis cilindros diésel TDI de 3 litros de cilindrada, que rinde una potencia de 286 CV entre las 3.750 r.p.m. y las 4.000 r.p.m. y un impresionante par de 600 Nm entre 1.250 y 3.250 r.p.m. Su sonido es suave, casi como un gasolina y su funcionamiento es realmente gratificante a pesar del considerable peso del coche 2.075 kg. La velocidad máxima esta limitada a los 250 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h se cifra en los 5,9 segundos, como un auténtico deportivo. Por el contrario, el consumo medio no llega a los 6 litros a los 100 km., una cifra a tener en cuenta para un modelo de estas características. Este bajo consumo, para las prestaciones que se pueden alcanzar, se debe, por un lado a las bondades y eficiencia del motor en sí, que además cuenta con la función Star&Stop y por otro un novedoso sistema eléctrico (Ya visto en el nuevo A7 Sportback) que, denominado MHEV (tecnología de hibridación ligera - Mild hybrid-) capaz de ahorrar hasta 0,7 litros de combustible a los 100 kms. Esta tecnología utiliza un sistema eléctrico principal de 48 voltios y se compone de una compacta batería de iones de litio, con una capacidad de 19 Ah, ubicada bajo el piso de maletero y de un alternador accionado por una correa conectada al cigüeñal. En síntesis, su funcionamiento es el siguiente. Sí se viaja a una velocidad entre los 55 y los 160 km/h, cuando se levanta el pie del acelerador, el sistema eléctrico permite circular hasta 40 segundos con el motor apagado, siempre que no se acelere ni se frene. De esta forma, el vehículo puede desplazarse con cero emisiones. Tan pronto como el conductor acelera de nuevo, el sistema arranca el motor de forma rápida y suave. El nuevo sistema de 48 voltios permite una capacidad de recuperación de energía de hasta 12 kW, así como un funcionamiento del sistema start/stop desde 22 km/h. Del funcionamiento de todo el sofisticado sistema el conductor no se percibe y puede manejar el coche como si éste no existiera, solo lo notará al echar combustible que tardará mucho más de lo que se podría esperar.

Acompañando a la moderna mecánica se encuentra una caja de cambios Tiptronic de ocho velocidades de nuevo desarrollo, que realiza los diferentes cambios, de forma suave y preciso, sin que apenas se aprecie. El conductor puede dejar que la transmisión trabaje en modo automático seleccionado los programas E, D y S, o tomar el control del cambio de marchas en el modo M. Este cambio Tiptronic recibe una serie de modificaciones para interactuar con la tecnología mencionada tecnología eléctrica. Cuando el A8 se desplaza en modo de marcha por inercia con el motor apagado o girando al ralentí, un embrague desacopla el motor e interrumpe la transmisión de potencia. Una nueva bomba de aceite accionada eléctricamente permite al conductor seleccionar la marcha requerida tras la fase de desplazamiento por inercia.

Como es de esperar en un Audi de esta categoría, la tracción integral permanente quattro es de serie. En situaciones de conducción normales, su diferencial central autoblocante distribuye el par entre los ejes delantero y trasero en una proporción 40:60. Si existe deslizamiento en las ruedas de alguno de los ejes, la mayoría del par de tracción puede derivarse hacia el que tiene mayor adherencia, llegando a un reparto de hasta el 70 por ciento al eje delantero, y hasta un 85 por ciento al trasero. Para un estilo de conducción deportivo, el control selectivo de par por rueda, una función inteligente de software, beneficia aún más el manejo, frenando ligeramente las dos ruedas del interior de la curva antes de que empiecen a perder tracción. Para esta versión con el motor que incorpora el sistema eléctrico MEHV, descrito anteriormente, está disponible el diferencial deportivo, que redistribuye el par entre las ruedas traseras cuando se conduce de forma dinámica en carreteras de curvas, favoreciendo la estabilidad y la tracción.

Como decíamos podemos seguir y seguir detallando la casi infinita tecnología que incorpora el A8 L, así como su equipamiento y los sistemas de ayuda a la conducción que casi le confieren como un coche autónomo, como es el caso, a modo de ejemplo, de una de las funciones del Park Assist, que es capaz de mover el volante si en maniobras en un garaje estamos a punto de rozar el coche con una columna o la visión nocturna Night Vision Assist, que mediante infrarrojos detecta la presencia de peatones, ciclista o animales en zonas de muy baja visibilidad. Así podemos seguir hasta llenar varios tomos y desde luego el afortunado conductor de este coche tiene tarea para aprenderse todas sus características.