“Esta decisión obedece al aumento constante de la ciberdelincuencia, pero también a las escasas medidas de protección y seguridad que adopta un alto porcentaje de usuarios digitales”, recuerdan los expertos legales de DAS Seguros.
En efecto, la Unión Europea lideró esta iniciativa debido a la falta de concienciación de internautas y empresas. Como demuestra un informe reciente de Avast, otra de las grandes compañías de seguridad digital, dos de cada cinco españoles nunca han accedido a la interfaz de administración de su router para cambiar la contraseña que viene por defecto. Según los técnicos, esto deja millones routers en una situación de alto riesgo de sufrir agresiones para controlar los dispositivos, robar contraseñas o apoderarse de información sensible.
Por el lado de las empresas, una encuesta global a CIOs (Chief Information Officer) de Harvey Nash y KPMG, demostró que solo uno de cada cinco responsables de informática afirma estar bien preparado para un ciberataque, a pesar de que un 77% de los encuestados se muestra “muy preocupado” por la ciberdelincuencia organizada.
“Para resguardarnos de un ciberataque, la clave está en contar con mecanismos de protección que garanticen la seguridad de la información, ya sea personal, financiera o profesional”, explican los expertos legales de DAS.
¿Qué podemos hacer para protegernos?
La ciberseguridad se basa en tres pilares: tecnologías, personas y procesos. En primer lugar, la tecnología sería aplicable a través de antivirus, barreras y cortafuegos en los sistemas operativos. En segundo lugar, es de vital importancia concienciar a las personas de la cultura de la ciberseguridad. Como informan desde INCIBE, esta educación puede ahorrar graves problemas reputacionales y económicos a las empresas. En tercer lugar, los procesos informáticos de las empresas deben ser revisados con regularidad, para evitar riesgos potenciales y proteger adecuadamente los intereses personales y corporativos.
En resumen, desde DAS Seguros se enfatiza la importancia de adherirse al lema de la Unión Europea a este respecto: “la ciberseguridad, una responsabilidad compartida”. En caso de los particulares, más allá del robo de información, los internautas se enfrentan a la suplantación de identidad, o phishing (especialmente a través del correo electrónico). Para las empresas, la ciberseguridad es de capital importancia en aspectos como la protección de datos personales, la reputación corporativa, el fraude online, la destrucción de documentos confidenciales o el mantenimiento de la imagen online. “La aplicación de buenas prácticas de seguridad cibernética se ha convertido en algo fundamental para reducir el riesgo global de particulares y empresas a un ciberataque”, aseveran desde DAS.