Internacional

El Brasil de Bolsonaro: las compañías aún no están fuera de peligro

Viernes 09 de noviembre de 2018
A corto plazo, las reformas realizadas en el entorno empresarial podrían llevar a la creación de 90.000 empresas adicionales en 2019 en comparación con 2018.

Brasil comienza una nueva etapa con el ascenso de Jair Bolsonaro a la presidencia del país. El domingo, 28 de octubre, Brasil dio un cambio radical en su historia electoral, en la que había prevalecido el voto al partido laboralista desde los años 2000.

SOLUNION, la compañía experta en seguros de crédito y de caución y en servicios de gestión del crédito comercial, analiza las perspectivas económicas de crecimiento planteadas por su accionista Euler Hermes y la aplicación de reformas que pretende llevar a cabo el nuevo presidente, en su último análisis sobre Brasil.

A corto plazo, un alivio para empresas y mercados

Para el sector empresarial del país, la llegada de Bolsonaro al Gobierno brasileño parece ofrecer ciertas oportunidades para las empresas”, apunta Enrique Cuadra, Director Corporativo de Riesgos, Información y Recobro de SOLUNION, “con una política en apariencia pro-empresarial y reformas a corto plazo que solo necesitarían una mayoría simple en el Congreso”.

Entre las medidas de fomento de la confianza, estarían:

  • Creación de un superministerio de economía encabezado por Paulo Guedes, un economista ultra liberal de la Universidad de Chicago. Es probable que Guedes respete la independencia del Banco Central y sea fiscalmente responsable.
  • Privatizaciones para recolectar dinero público. Esto debería beneficiar a las Empresas de Propiedad del Estado (SOE), así como a las grandes empresas extranjeras que invierten, y redirigir los fondos a infraestructuras (como aeropuertos, carreteras y puertos). Según nuestras estimaciones, Brasil necesitaría cerca de 600.000 millones de dólares de inversión en infraestructura para 2030 para alcanzar el estándar de la infraestructura de Chile.
  • Reducir costes burocráticos, un importante impedimento para una empresa brasileña o extranjera para hacer negocios. Actualmente, un empresario necesita 79,5 días para iniciar un negocio en Brasil, frente a alrededor de los 30 días de media de Latinoamérica. La reducción del 60% en el número de días que prevé el nuevo Gobierno podría llevar a la creación de 90.000 empresas adicionales en 2019 en comparación con 2018.
A medio plazo, las empresas tienen un motivo de preocupación

Si bien la incertidumbre parece haber sido descartada de los mercados por ahora, es demasiado pronto para que el sector privado plantee un panorama altamente alentador, ya que, más a medio plazo, este alivio empresarial no durará demasiado. Un mercado volátil, el aumento de la prima de riesgo y, por lo tanto, un incremento de los tipos de interés de los préstamos, podría no tardar en llegar, por tres motivos:

  • Propuestas poco realistas o imprecisas: el programa económico de Bolsonaro no contiene evaluaciones de impacto. Esto podría desconcertar a los mercados si no detalla su plan en estos primeros días de transición. Además, su propuesta de presupuesto clave (para alcanzar el equilibrio fiscal primario en 2019) no es realista. Implica un enorme ajuste fiscal del 2,4% del PIB que podría reducir en -1,2pp al crecimiento del PIB real en un año.
  • Problemas de gobierno: es probable que surjan en el Congreso discrepancias que podrían retrasar la reforma de las pensiones. Bolsonaro necesitaría entre 60% y 80% de los votos fuera de su coalición y oposición para aprobar una revisión de las pensiones en el Congreso.
  • "Brasil first" e inestabilidad del programa liberal: un resurgimiento del pasado intervencionista y nacionalista de Bolsonaro pondría en peligro la agenda de política económica del país.

Esta situación podría generar un contexto con perspectivas decepcionantes para el crecimiento económico en Brasil (+2,5% en 2019) y la reducción de la liquidez a nivel general. Los problemas para gobernar y el estancamiento de los debates sobre las pensiones, conducirían a un aumento en la prima de riesgo de Brasil, poniendo en peligro la deuda corporativa.

Georges Dib, economista para la región de América Latina en Euler Hermes, apunta, “en cuanto a sectores, el minorista tiene la mayor proporción de deuda en riesgo (58,4%), seguido por el sector del automóvil (47,8%), textil (43,5%), alimentación (38,2%) y energía (9,2%, pero con el valor nominal más alto, 18.000 millones de dólares)”. Además, la incertidumbre sobre el programa económico y su factibilidad también podría desencadenar una depreciación de la moneda. Esto perjudicaría a los sectores dependientes de la inversión extranjera: equipamiento de transporte, equipamiento doméstico, maquinaria y equipo, y electrónica. Juntos, su producción representa algo menos del 6% de la producción total brasileña.

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