Con esta iniciativa, UPEV quiere ir más allá de la legislación nacional, una de las más estrictas en Europa y que prohíbe el acceso de los jóvenes a los e-cigs. En concreto, fue en 2014 cuando España aprobó una ley que ya prohibía la venta de cigarrillos electrónicos con nicotina a menores de edad, una normativa que ya se había pedido desde UPEV y que fue aplaudida y compartida por todo el sector.
Esta iniciativa es solo un ejemplo más de las ocasiones en las que el sector del cigarrillo electrónico ha querido profundizar en la defensa y protección de los consumidores, imponiendo medidas a sus asociados más allá de lo marcado por la ley. Antes de que España regulase el consumo y la publicidad, se alcanzó un acuerdo con la Federación Española de Hostelería y se implantó un estricto código de autorregulación publicitaria, y, ante el retraso en la transposición de la Directiva Europea, todo el sector fue anticipando la aplicación de la normativa.
En palabras de Arturo Ribes, presidente de UPEV, “Sabemos que el cigarrillo electrónico no es un producto inocuo, aunque sí mucho menos nocivo que el tabaco, y, si algo tiene claro el sector, es que una de sus prioridades es evitar que los menores accedan al vapeo. Por ello, vamos a lanzar varias medidas que complementen la ya de por sí estricta legislación española, cerrando cualquier fisura, por pequeña que sea, a través de la cual un menor pueda tener acceso a un vaporizador personal”.
Una situación antagónica a la de Estados Unidos
Aprovechando el anuncio de esta iniciativa, UPEV quiere recordar que la situación española es radicalmente distinta a la de Estados Unidos, país donde la venta de e-cigs no está prohibida a menores y que, por ello, está desarrollando nuevas leyes que les protejan. Esas normas,que en Estados Unidos están empezando a desarrollar, llevan ya mucho tiempo implantadas en España y, de hecho, gracias a ellas, el acceso de los menores a este tipo de dispositivos no es un problema en nuestro país.
Según explica Arturo Ribes, “En España, la situación es radicalmente distinta, ya que nuestra legislación prohíbe, desde hace mucho tiempo, la venta a menores. Nuestra regulación, en ese sentido, debería compararse a la de Reino Unido, un país más avanzado en la normativa respecto a los e-cigs y en el que promocionan abiertamente el cigarrillo electrónico como herramienta de reducción de daños con resultados claros: las tasas de tabaquismo siguen cayendo rápidamente”.
“No obstante, vamos a ir más allá, ya que queremos hacer todo lo que esté en nuestras manos para asegurarnos de que las nuevas generaciones no se inicien en el vapeo, sin perjuicio de los fumadores, que tienen derecho a alternativas menos dañinas”, añade Arturo Ribes. Para ello, el sector está preparando una serie de medidas que, dentro de la iniciativa “Ningún menor vapeando” se irán anunciando próximamente: