Las causas de este cambio de tendencia serían consecuencia directa de la ralentización del crecimiento económico de España, si se tienen en cuenta las previsiones de organismos internacionales, como el FMI o la UE. “El turismo ha bajado este año, y al recibir a menos extranjeros, cae el número de posibles inversores. Una cosa arrastra a la otra. La subida de petróleo también afectará porque se elevarán costes y se reducirá el poder adquisitivo. Lo mismo ocurre con la bajada de las importaciones: si hay menos ingresos, se compra menos. En definitiva, estamos ante un cóctel tendrá efectos adversos en el mercado inmobiliario”.
Otra circunstancia que podría afecta a esta desaceleración es el Brexit. “Los británicos son los mayores compradores extranjeros de pisos, y si bien hasta ahora no se ha notado mucho su próxima salida de la Unión Europea, el Banco de Inglaterra da por hecho que se sufrirá una importante recesión por este motivo, lo que sin duda afectará a la compraventa de viviendas en nuestro país”.
Respecto a las últimas polémicas surgidas alrededor de las sentencias del Tribunal Supremo en relación al impuesto de Actos Jurídicos Documentados, según Molet no tendrán consecuencias ni en los precios de la vivienda ni en la concesión de créditos. “Crearon incertidumbre entre la sociedad, los bancos, las notarías… y después se resolvió vía legislativa, sin incidencias a corto y medio plazo”. Según el consultor, al final los bancos acabarán repercutiendo este impuesto en el cliente con nuevas comisiones. “Pero el mercado se acabará adaptando a la nueva situación, y esto no tendrá efectos en la decisión de compra de los particulares”. Lo que no debemos perder de vista es, según Molet, que estamos cada vez más cerca de una subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo.”.