Vamos a ver qué es un mal historial crediticio, cuáles son los principales ficheros de morosos, qué nos puede llevar a uno, qué consecuencias tiene y cómo salir.
Para tener un mal historial crediticio solo es necesario que estemos inscritos en alguno de los ficheros de morosos que existen. Y aparecer en los ficheros de morosos no tiene que significar siempre acumular deudas estratosféricas durante años. ¿Nos han llamado alguna vez avisándonos de un descubierto en el banco de solo 30 euros, que debemos abonar antes de ser inscritos en ASNEF o en cualquier otro fichero? He ahí el quid de la cuestión.
Sin embargo, debemos tener algo en cuenta lo siguiente: Las situaciones que llevan a alguien a figurar en un fichero de morosos, sea el que sea, pueden ser muy variadas y en algún caso ni siquiera ha sido causada por él directamente, sino por una circunstancia en la que se ha visto envuelto. Hay que partir de que los ficheros están automatizados, no siempre funcionan de manera justa y, por lo tanto, pueden ocasionar inconvenientes y perjuicios a los consumidores. Veamos algunos ejemplos:
En cualquier caso, es una mala praxis de la compañía o financiera incluir a una persona en un fichero sin avisar. Antes de hacerlo, se debe requerir de manera fehaciente el pago de la deuda. En caso contrario, la inclusión se puede considerar ilegal y procede la multa a la empresa.
Por otra parte, la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE) gestiona una base de datos en que la que constan los préstamos, créditos, avales y riesgos en general de todas las entidades bancarias que operan en España. Las entidades que constan en esta base deben informar sobre los riesgos, en cada una de las operaciones, haciendo constar quienes intervienen en ellas. Son datos que permiten conocer al Banco de España cuántos créditos han concedido todas las entidades, en el marco de su función de supervisión bancaria.
Entidades que conceden préstamos para cancelar deudas
Si por cualquiera de las situaciones anteriores figuramos en un listado de morosos, tendremos problemas para hacer algo tan habitual como una compra a plazos, solicitar una tarjeta de crédito o el alta en una compañía de telecomunicaciones. Nos sentiremos marcados, vigilados y tiendas, compañías y entidades nos verán con suspicacia.
Lo primero que hay que hacer es cancelar todas las deudas. Una herramienta útil puede ser la reunificación de deudas, que facilita el pago de varios préstamos gracias a su agrupación en un único préstamo, con una sola cuota. La cuantía a pagar, mes a mes, será menor que la suma de todas las cuotas anteriores. Eso sí, implica el incremento del plazo de amortización y, por lo tanto, del coste final de la operación, que lleva aparejada intereses y gastos por cancelación anticipada, apertura y, en su caso, emolumentos de la agencia mediadora. Está recomendada, por tanto, en situaciones muy concretas. ING, Cetelem, Younited, Suizainvest o Cajamar, son entidades que ofrecen este producto financiero.
Intentar salir de los ficheros
Es imprescindible, pues, intentar salir de los ficheros de morosos, saldando las deudas y/o haciendo valer nuestros derechos, siguiendo algunos pasos:
Créditos para casos difíciles
No nos gusta especialmente el concepto de “créditos para morosos”, por las múltiples situaciones que han llevado a muchas personas a este tipo de listados, sobre todo durante la crisis, que destruyó millones de empleos y a cientos de miles de pequeñas empresas. Preferimos llamarlos créditos personales con ASNEF, créditos difíciles RAI ASNEF o, simplemente, financieras que acepten ASNEF, o cualquier otro listado de deudores.
Hay préstamos para casos imposibles aunque, dependiendo del tipo de producto, pueden exigir condiciones más o menos restrictivas, así como más intereses. Cada entidad, en todo caso, hace el estudio de riesgo correspondiente y hace al cliente su propuesta: importe, tiempo de devolución, intereses, etc.
La mejor opción en este caso es buscar las entidades en un comparador de préstamos, como, por ejemplo, Loando, que empezó su actividad en España el año pasado y cuyas comparaciones y clasificaciones se basan en dos fuentes de información. Por un lado, un equipo de expertos analistas que revisa hasta la última condición y clausula de cualquier producto y, por otro lado, sus propios usuarios, cuyas experiencias y opiniones son básicas para aconsejar a la comunidad y a nuevos visitantes.
Algunas opciones