España es la principal productora de agua desalada en Europa y ocupa el cuarto puesto a nivel mundial. Según cifras de la Asociación Española de Desalación y Reutilización, AEDyR, nuestro país cuenta actualmente con 765 plantas desaladoras con producciones superiores a los 100 m³/día, que conjuntamente producen un total de cinco millones de metros cúbicos al día de agua desalada para consumo humano, abastecimiento y uso agrario e industrial. Es decir, el 5% del agua potable suministrada actualmente en toda España es agua desalada, y en algunas regiones, como en las Islas Canaria, esta fuente de agua no convencional es desde hace décadas el principal recurso hídrico.
Si toda el agua desalada que se produce en España se utilizase para consumo humano, podría abastecerse a cerca de 34 millones de personas. Pero aunque el abastecimiento es el principal uso, en España es destacado también el uso agrario de este recurso, que además va en aumento. El agua desalada para regadío, principalmente en invernaderos de cultivos de alto valor añadido, supera ya el 20%.
AEDyR tampoco puede pasar por alto la importancia del agua desalada para innumerables usos industriales al ofrecer esta tecnología los estándares tan exigentes de calidad que necesitan industrias como la farmacéutica, cosmética o alimenticia, por poner varios ejemplos.
Por tanto, la industria de la desalación española se ha convertido en una palanca para el crecimiento económico de nuestro país y ha sido imprescindible para el desarrollo de la industria del turismo nacional, dado que las zonas de mayor estrés hídrico son también las más turísticas, y por tanto, donde se ha desarrollado mayormente la desalación.
Liderazgo español del mercado internacional
El carácter pionero de la industria de la desalación en España, ha traído consigo un destacado nivel tecnológico y de liderazgo español del mercado internacional: ocho empresas españolas están actual-mente entre las 20 con mayor contratación en el mundo, una particularidad que no existe en ningún otro país.
La tecnología de desalación más utilizada en nuestro país desde hace varias décadas es la Ósmosis Inversa. La primera gran planta desaladora por Ósmosis Inversa en España se inauguró en Las Palmas en 1990 y aún está en funcionamiento. Posteriormente, con alguna contada excepción, el resto de grandes plantas en nuestro país utilizan este sistema de desalación. Esta técnica requiere menos con-sumo energético que las tecnologías de evaporación y desde 2010 más del 90% de las nuevas plantas desaladoras construidas a nivel mundial utilizan esta técnica de membranas semipermeables.
Actualmente, el consumo energético de una planta desaladora de agua por ósmosis inversa es de 3 - 3,5 kWh/ m3, mientras que en las primeras plantas de evaporación construidas en los años 60 y 70 en España era de 50 kWh/m3. A partir de ahora, no se esperan grandes reducciones en el consumo ener-gético de la desalación por Ósmosis Inversa, dado que los avances tecnológicos actuales están muy próximos al límite termodinámico. Sin embargo el I+D+i del sector estudia mejoras en el ámbito de las membranas, así como otras tecnologías (forward osmosis, grafenon anoporoso, destilación de mem-brana, membranas biomimeticas acuaporinas…) que podrían traer avances importantes en este campo en los próximos años.
España ha liderado también la protección del medio ambiente en desalación, con proyectos de investigación del Cedex y distintas universidades que dieron lugar a recomendaciones para los proyectos y unos planes de vigilancia ambiental en las desaladoras durante años que han confirmado la inocuidad del rechazo en el medio ambiente marino cuando el vertido se realiza correctamente. El rechazo es simplemente agua de mar concentrada que se diluye rápidamente en el mar por medio de difusores y dilución previa. Y así lo verifican los minuciosos Estudios de Impacto Ambiental que se llevan a cabo en todas las plantas desaladoras de nuestro país.
Importantes previsiones de crecimiento del uso de la reutilización
Además de para desalar agua de mar y salobre, el uso de la tecnología de desalación en el ámbito de la reutilización de aguas residuales es muy destacado en nuestro país. España es el país europeo que más agua reutilizada produce. Se estima que España reutiliza entre el 7 y el 12%, aunque hay regiones en las que este porcentaje aumenta al 90%.
La importancia de la reutilización del agua como solución a los crecientes problemas de agua en el mundo se ha incrementado significativamente en los últimos años, con un fuerte impulso en Norte-américa, China, India y Taiwán. En Europa, si finalmente se aprueba la directiva europea que regulará el tratamiento de patógenos microbiológicos para facilitar la reutilización del agua para el riego agrícola, este sector podría aumentar vertiginosamente en los próximos años: pasando de los 3 millones de m3 / día actuales a los 18 millones de m3 /día, según las última estimaciones de la International DesalinationAssociation (IDA).
Técnicamente el agua desalada se considera agua no convencional, pero no es menos cierto que con el tiempo se está convirtiendo en un recurso cada vez más necesario e incluso imprescindible en nuestro país y fuera de nuestras fronteras. Teniendo en cuenta las previsiones como consecuencia del cambio climático, que apuntan a la reducción de precipitaciones en las regiones que sufren un mayor estrés hídrico, todo señala que en el futuro la desalación y la reutilización en España irán ganando aún más terreno frente a otras fuentes de agua. Y en el resto del mundo, donde se estima que en 2025 más de 1.800 millones de personas vivirán en países o regiones con escasez absoluta de agua y dos tercios de la población mundial estará en condiciones de estrés hídrico, esta tendencia será incluso más evidente. Paradójicamente todo apunta a que este agua no convencional, es cada vez más convencional.