España va a ser el primer país de la Unión Europea en aplicar una medida de este tipo, que impactará negativamente en la economía española, perjudicando especialmente a las startups, pequeñas y medianas empresas y consumidores. La mayor parte del coste de este impuesto será soportado por las pymes que usan las plataformas digitales y por el usuario, que verá cómo se incrementan los costes de los productos y verá reducida las opciones en el canal digital.
Estos efectos negativos sobre las pequeñas y medianas empresas, los consumidores y el emprendimiento se desprenden del Estudio ‘Impacto de un impuesto sobre los servicios digitales en la economía española’, que PwC ha realizado a petición de AMETIC y Adigital y que se presentará el próximo 29 de enero.
Todo ello, afectará negativamente tanto a la innovación como a la posición digital, situando a España en una desventaja competitiva respecto al resto de países europeos y del mundo, tratándose en la práctica de un impuesto a la exportación.
Además, la ‘Tasa Digital’ rompe con el acuerdo internacional de gravar los beneficios y no los ingresos, y generaría problemas de doble tributación.