Motor

Abarth 124 Spider 170 CV Automático

El incomparable sabor de lo clásico con la tecnología actual

Mariano García Viana | Domingo 03 de febrero de 2019
Inspirado en el modelo de Fiat que “reproduce” el Spider de los 60, Abarth ha conseguido dar a su versión el carácter deportivo que siempre ha caracterizado a todos sus vehículos a lo largo de su historia, haciendo las delicias de los aficionados, que veían como un modelo de calle se convertía en un auténtico “cazatrofeos” en Rallies y otras competiciones automovilísticas. id:41432

Salvando las distancias en el tiempo y lógicamente en las tecnologías modernas aplicadas, ahora Abarth ha querido que su 124 Spider, al igual que el modelo de Fiat, vuelva a la carretera y para ello ha tomado como base el roadster más popular y difundido desde hace nada menos que casi 30 años, el Mazda MX5, que durante varias generaciones ha mantenido su supremacía en la categoría. El Spider se fabrica en Hirosima en la factoría de Mazda, el diseño, el motor y la puesta a punto del chasis son de Fiat y luego de Abarth, con lo que el espíritu italiano se muestra intocable, con la ventaja de la experiencia del pequeño coche japonés. Hablando de espíritu italiano el Abarth 124 Spider no defrauda en absoluto, conserva el mismo que el legendario modelo del 66 si bien ahora es un biplaza y no de cuatro como entonces, En líneas generales el Spider es un coche bonito y que llama la atención, sobre todo en esta versión pintada de negro metalizado.

El frontal destaca por la igualmente negra parrilla y los casi ovalados faros de led con un marco interior de la misma forma y tecnología para la luz diurna. Suaves hendiduras recorren el capó hasta el inclinado y robusto parabrisas, sobre el cual se apoya la capota de lona de muy fácil utilización manual, solo un enganche las sujeta al marco y dada su cortedad se puede dejar caer a su cubículo tras los asientos, donde queda sujeta. En la acción contraria, la de su montaje, se desengancha con una palanca existente entre los asientos y fácilmente se despliega y se fija al parabrisas, Total en cada una de las acciones solo se pueden emplear unos 20 segundos. El ajuste es bueno y aisla bastante bien el ruido exterior y muy bien el agua, pues al lavar el coche no entra lo más mínimo. La horizontal y corta trasera, en cuyo capó destaca un pequeño alerón, está dominada por unos grandes grupos ópticos del mismo estilo que los faros delanteros. Bajo el paragolpes se despliega un difusor y a cada lado de él, en los extremos, dobles salidas de escape. Las también negras llantas de aleación de 17 pulgadas, entre cuyos radios destacan las rojas pinzas de los frenos.

El habitáculo es más bien pequeño, pero resulta más que suficiente para las dos personas que lo ocupen, además respira un cierto aire clásico que le hace más atractivo aún. La postura ante el volante es perfecta, pues desde ella se maneja todo de forma cómoda y fácil, pues además los asientos quedan bastante bajos y sujetan muy bien el cuerpo, destacando que el reposacabezas está integrado en el respaldo y que tras él se sitúan los arcos antivuelco. El volante queda en una posición bastante vertical, pero se ajusta muy bien con la postura ante él y se maneja con mucha facilidad. El salpicadero es de material plástico en su parte superior y de piel vuelta con costuras rojas en la parte inferior. El cuadro dispone de tres relojes, uno más grande central con el cuentavueltas, que tiene el fondo rojo y dos más pequeños a cada lado, para el velocímetro y el otro para los indicadores de combustible, temperatura y datos del coche. En el centro del salpicadero se sitúa la pantalla multifunción de 7 pulgadas de forma superpuesta, mientras que las salidas de aire con redondas con adornos cromados.

Es de destacar que en el lado del acompañante no hay guantera, como tampoco hay huecos en las puertas, por el contrario, existe un hueco de gran capacidad entre los respaldos de los asientos con su correspondiente cerradura, pero su utilización resulta un tanto incómoda pues hay que retorcerse literalmente en el asiento para hacerlo. Otro hueco delante de la palanca selectora del cambio y bajo el reposabrazos existente entre los asientos completan las posibilidades de dejar cosas. Para dar un aspecto más deportivo al habitáculo, los ribetes y costuras rojas, además del salpicadero, se encuentran también en el volante, que también luce una franja roja para centrar la posición del mismo, en la parte superior del cuadro, también de piel vuelta o en los bordes de la consola central. Los asientos de piel y calefactados, lucen el color rojo en la parte central de los mismos, siendo negro los bordes. Los mandos del climatizador son redondos y como el resto de los mandos son fáciles de interpretar y manejar. La consola central forrada en piel vuelta, contiene la palanca selectora del cambio automático y el redondo botón del selector mediante el cual el conductor puede elegir dos modos de conducción predefinidos: Normal y Sport, como luego veremos. Por su parte el maletero tiene una capacidad de 140 litros y no es que sea muy grande y además tiene unas formas algo irregulares, pero no hay que olvidar que es un roadster y no un coche para viajar con toda la familia.

Como ya hemos dicho, el 124 Spider se fabrica en Japón, pero su motor FIAT, de 1.360 c.c., con distribución variable Multiair II, sobrealimentado, es “trabajado” por Abarth, consiguiendo 170 CV a 5.000 vueltas y un par de 250 Nm a 2.500 r.p.m., caballos que se muestran más que briosos e imprimen al coche un delicioso comportamiento deportivo. Desde muy bajas vueltas comienza a empujar con una gratificante fuerza y gracias también a la ligereza de la carrocería, que apenas supera los 1.100 kilos, lanza al 124 a elevada velocidad, pareciendo que tenemos bajo el pie más de esos señalados 170 CV, además la dirección es muy directa y contribuye a facilitar una agilidad sorprendente, facilitada también porque el Abarth Spider es un típico tracción trasera y esa agilidad y empuje se nota claramente en las curvas sucesivas, es más, invita a acelerar y pasarlas rápido cuanto más cerradas sean mejor. De esta afirmación se desprende claramente el excelente comportamiento general del coche, que monta en ambos ejes el sistema de paralelogramo deformable, con sus correspondientes barras estabilizadoras. La velocidad máxima es de 229 km/h y la aceleración de 0 a 100 de 6,9 segundos. Por su parte el consumo medio es de 6,6 litros a los 100 kms, que no es muy elevado, teniendo en cuenta las prestaciones que se consiguen y la invitación que siempre proporciona, a conducir con decisión aprovechando la potencia y la elasticidad del motor y todo ello acompañado de un bonito y ronco sonido del escape.

El cambio automático de 6 velocidades de convertidor de par, se puede utilizar manualmente a través de las levas situadas tras el volante, se muestra siempre muy diligente a la hora de ir subiendo y muy eficaz a la de reducir. El citado sistema que controla los modos de conducir, modifica el funcionamiento del motor, la sensibilidad del pedal del acelerador, la asistencia de la dirección y la forma de actuar de los controles de tracción y estabilidad. Incluso en la posición Sport, la caja de cambios automática hace las selecciones más rápidamente. Destacar que también se dispone de unos eficaces amortiguadores Bilstein y que los frenos son Brembo con pinzas rojas de aluminio de cuatro pistones, que aseguran una supereficaz frenada.

El Abarth 124 no es un coche que tenga un gran equipamiento, pues se echan de menos el avisador de cambio de carril o el del ángulo muerto, pero en cambio se dispone de los asientos calefactables, los asientos calefactables, los pedales de aluminio, el programador de velocidad o un sistema de sonido con cuatro altavoces y conexiones para USB y Aux. el paquete «Sound Plus», que incluye un sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas, navegador, receptor de radio digital, cámara trasera de ayuda al estacionamiento y la conexión Bluetooth para el teléfono móvil. En definitiva un auténtico deportivo de los de antes, por su tracción trasera y su aspecto casi clásico, pero rodeado de gran parte de la tecnología actual y el encanto del diseño italiano.