Motor

Mitsubishi Outlander PHEV

Un híbrido enchufable mucho más interesante que una simple etiqueta ECO

Mariano García Viana | Jueves 21 de febrero de 2019
Cada vez son más las marcas que optan por ofrecer modelos híbridos, bien sean autorrecargables o enchufables, pero entre estos últimos hay uno que fue de los primeros en ofrecer este sistema y la veteranía desde luego es un grado, sobre todo si desde su lanzamiento ha ido introduciendo mejoras que han revalorizando el modelo. Este se llama Outlander PHEV. id:42194

Además de ser de los primeros híbridos enchufables, el Outlander PHEV también ha sido el primigenio en ser un modelo SUV, no solo en aspecto sino también en tener una tracción integral con este tipo de mecánica, que se puede resumir en un motor de gasolina y dos motores eléctricos también de tracción. Su primera aparición en el mercado fue en 2013 y, como decimos en la introducción, desde entonces ha ido mejorando, no solo su aspecto exterior e interior, sino también en la parte mecánica de combustión y eléctrica.

El motor de gasolina de 2.360 c.c. tiene una potencia de 135 CV a 4.500 r.p.m., mientras que su par es de 211Nm. Este motor está situado en posición delantero transversal. Por su parte la tracción eléctrica, dividida en dos, muestra un motor delantero, también en posición transversal, que proporciona una potencia de 82 CV y un par de 137 Nm y otro motor, en posición trasera igualmente transversal, que ofrece una potencia de 95 CV y un par de 195 Nm. En total la potencia nominal es de 230 CV. Existe también un tercer motor eléctrico que no lleva a cabo tracción, pero alimenta de electricidad el motor de combustión y la genera en las frenadas y retenciones, que se pueden modular como luego veremos, junto a los otros dos motores eléctricos de tracción.

El motor de combustión es nuevo con respecto a versiones anteriores, pues ahora es del tipo Atkinson, que se conjuga mejor con el cambio de variador continuo, particularmente a nosotros nos gusta más el cambio automático tradicional que evita el alto nivel sonoro del motor cuando se le acelera con decisión, aunque en honor a la verdad el Outlander esta muy bien insonorizado y al contrario que en otros híbridos con sistema de motor y cambio similar, la mecánica apenas se deja oir en el habitáculo. El motor eléctrico delantero es el mismo de versiones anteriores, mientras que el trasero y el que hace las funciones de generador son nuevos, al igual que la batería que ahora tiene más celdas y por lo tanto mayor capacidad, pasando de 12 a 13,8 KW/h.

Este aumento permite al Outlander circular exclusivamente en modo eléctrico más de 50 kilómetros y puede alcanzar una velocidad de 135 km/h en ese modo, naturalmente si se va a esa velocidad la autonomía eléctrica en menor. El tiempo de recarga varía según el sistema elegido, así si se enchufa en una toma doméstica de 220 V (2,3 kW de potencia), el tiempo es de cinco horas y media, por lo que es aconsejable hacerlo de noche y con una tarifa nocturna más barata. Si se elige una toma de recarga rápida, con una potencia con de 50 kW, el 80% de la batería se llena en unos 25 minutos, pero es aconsejable no utilizar siempre esta vía, para no acortar la vida de las baterías de acumulador de iones de litio, que están ubicadas en posición central debajo del habitáculo.

Conducir el Outlander es de lo más agradable. En modo eléctrico el coche parece que se desliza sobre una alfombra y solo un leve sonido “de aviso” a los peatones, llega al habitáculo lejanamente. Cuando entra el motor de combustión apenas si se nota gracias a su discreción y solo cuando pisamos a fondo, en un adelantamiento o al recuperar velocidad al salir de una curva, el sonido mecánico no llega al interior. Aunque el Outlander es un híbrido enchufable, durante la utilización de la batería se puede cargar ligeramente durante las frenadas o también el botón “Charge”, que hace que el motor de combustión funcione para hacer actuar el generador productor de electricidad que almacena la batería. La cantidad de energía que se puede recuperar a través de los frenos se puede regular con las levas de detrás del volante, que hacen que los motores eléctricos retengan y produzcan algo más de energía.

Existen tres modos de funcionamiento del conjunto motriz del Outlander PHEV. Si se pulsa el interruptor EV, solo funciona en modo eléctrico, posición ideal para circular por las zonas “ecológicas” de determinadas ciudades como Madrid, aunque si vas en tracción del motor de combustión puedes igualmente entrar en ellas, pues lo que “manda” es la dichosa etiqueta. En la posición Charge, el motor de gasolina se activa y envía la energía a la batería. En la tercera posición el motor de gasolina mueve el eje delantero, ayudado por el motor eléctrico delantero, mientras que el eléctrico trasero empuja a ese eje, con ello se obtiene una tracción 4x4 y por tanto permite una utilización efectiva fuera de la carretera, no como un auténtico todoterreno, pero siempre mejor que un SUV de solo tracción delantera. Todo el funcionamiento de los distintos sistemas de tracción, el funcionamiento de un motor u otro, cuando se obtiene energía para la batería, etc., se refleja muy bien en la pantalla multifunción. Igualmente, en esta versión 2019 un nuevo botón con la leyenda Sport, mediante la cual se obtienen las máxima prestaciones y Snow, gracias a la cual se mejora la capacidad de tracción, cuando la superficie por la que se circula tiene poca adherencia. En una circulación híbrida por ciudad, en la que domine el funcionamiento eléctrico, aunque el motor de gasolina entre en alguna ocasión en liza, el consumo homologado se sitúa en 1,7 litros a los 100. Ahora bien, si la conducción se realiza por carretera y con la batería prácticamente descargada tras uno kilómetros de utilización de los motores eléctricos, el consumo es bastante más elevado, pudiendo situarse en los 8 litros a los 100. Por ello para aprovechar al máximo las posibilidades de ahorro con la utilización eléctrica, el coche se debería utilizar en ciudad sobre todo y en carretera ir con la batería a tope, para aprovecharla al máximo a recorridos largos y así notar de verdad un ahorro de combustible.

Exteriormente, el nuevo Outlander PHEV esta basado lógicamente en el modelo de 2103, pero se han llevado a cabo ciertas modificaciones que han actualizado acertadamente el modelo. Mayormente estos retoques se han llevado a cabo en la parte delantera y así encontramos paragolpes nuevos, una parrilla que se une con los rasgados faros de tecnología full leds, unas líneas quebradas cromadas, de bastante anchura, van desde la esquina más alta de los faros, hasta la parte baja del cubículo de los antiniebla. Entre estas anchas formas cromadas, en color negro se sitúan las entradas de aire y más abajo, en color gris, la de mayor tamaño. En el lateral se conservan casi inalterados los detalles de versiones anteriores, mientras que en la trasera los horizontales grupos ópticos, con mezcla de tecnología led y convencional para las distintas funciones, se hacen más envolventes pues se prolongan por el lateral de la carrocería. La apertura del portón es automática y aunque la boca de carga es muy ancha, en su parte baja queda un tanto alta a la hora de “subir” equipajes pesados.

El interior, sin ser especialmente original y atractivo, se puede decir que es más que correcto para una utilización “lógica”, es decir que los mandos están situados donde uno se los espera, a excepción de algunos situados delante de la palanca selectora de las velocidades, que quedan un tanto bajos y obliga a bajar la vista para activarlos. En general todo el habitáculo esta dominado por el plástico, eso sí de buena calidad, pero hay detalles cromados y de piel, como es el caso de los asientos que son de ese agradable material y muestran unas modernas costuras en rombo en su parte central, tanto en respaldo como en banqueta. El maletero tiene una capacidad de 498 litros, que se pueden ampliar hasta los 1.602 si se abate el asiento trasero. Hay que destacar también que ahora las plazas de ese asiento tienen sus correspondientes salidas del climatizador.

Aunque la suspensión peca de ser un poco blanda, el comportamiento del Outlander PHEV es más que notable, debido a un chasis que ahora es más rígido y fuerte y a las bien estudiadas suspensiones con McPherson delante y paralelogramo deformable atrás, ambos ejes con sus correspondientes barras estabilizadoras. No es que el coche sea un prodigio de agilidad, pero transmite siempre un alto índice de seguridad y de dominio del conductor a sus reacciones cuando se le fuerza en demasía. Por último, señalar que el equipamiento es bastante completo, tanto en elementos se seguridad como en los de ayuda a la conducción y confort. Entre ellos cabe destacar, el sistema de detección de ángulo muerto (BSW), el sistema de alerta de tráfico trasero (RCTA), la función de detección de peatones incluido en el sistema de mitigación de colisión frontal (FCM), sistema automático de activación de luces de carretera……y un largo y reconfortante número de elementos.