Vivir en una sociedad globalizada en la que cada día estamos más conectados hace que el tiempo que pasamos online sea cada vez mayor. La revolución que han causado las nuevas tecnologías ha aportado numerosos beneficios a empresas y clientes en diversos ámbitos, pero no debemos ignorar que, según avanza la tecnología, también lo hacen los métodos de los cibercriminales, haciendo que la protección de información sea cada vez más difícil.
La ciberdelincuencia ya preocupa igual, o más, que cualquier otra forma de delito tradicional como el robo o el atraco, según el informe “El cibercrimen y su relación con el consumidor” de Affinion. España es el tercer país más preocupado del mundo, solo por detrás de Estados Unidos y Brasil. La investigación llevada a cabo por Affinion ha revelado que esta preocupación se debe a una combinación de varios motivos entre los que se encuentra el hecho de que el número de incidentes sea cada vez mayor y, por tanto, exista mayor cobertura mediática, y al hecho de que hoy en día todos conozcamos a una víctima del cibercrimen, si no es que lo hemos vivido en primera persona.
En este contexto, la ciberseguridad adquiere especial relevancia. El informe de Affinion destaca que ofrecer servicios de seguridad en internet es reconocido por los clientes como un valor añadido para la marca. Por esto, las empresas que demuestren que son capaces de proteger a los usuarios aumentarán la confianza de sus clientes, algo que también puede suceder si se gestiona de manera eficaz una crisis en ciberseguridad. Eduardo Esparza, VP General Manager de Affinion España, afirma que “las grandes compañías tienen un papel fundamental para educar, proteger y ayudar a la gente a que esté más tranquila con sus vidas digitales”.
Los expertos están de acuerdo en que es clave que las empresas inviertan en ciberseguridad, en formar a sus empleados y clientes para que aprendan a protegerse y a saber qué hacer si son víctimas de un ciberataque.
Siguiendo esta línea, José Carlos Jiménez (Suscriptor Riesgos Tecnológicos líneas Financieras en AIG) recalca que “estamos viendo presupuestos mayores en ciberseguridad. Es uno de los principales focos de valor. Antes se daba por hecho que la seguridad estaba ahí. Sin embargo, ahora se le da importancia y la gente paga por ello. Sobre todo, merece la pena una inversión a nivel de reputación, ya que si hay un data breach, la empresa cae en picado, y si no inviertes, no vas a ganar”.
Otra cuestión es cómo transmitir a los usuarios que una empresa está invirtiendo en ciberseguridad. Según Alberto Sempere (Global Security Director, ElevenPaths – Telefónica Cibersecurity Unit), “se comunica cada vez más, aunque no es un tema bien visto. Deberíamos ser aún más claros y asumir que la gente va a seguir usando internet. Además, la seguridad es un factor más, como el ancho de banda o la velocidad. Es un valor añadido”.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que se ha producido un cambio de modelo. “Aún queda mucho por conocer, pero, cada vez más, las pólizas están evolucionando hacia el campo de la prevención. Si bien antes el sector seguros se centraba en reparar e indemnizar, ahora se busca predecir y prevenir”, afirma Santiago Sánchez (Head of Digital Distribution, CHUBB). “Es importante entender que no somos el extintor de incendios. Debemos mantener una actitud proactiva, aunque el riesgo más grande es el factor humano”, añade.
En esta línea, la concienciación de las empresas y sus trabajadores es uno de los aspectos más significativos para la seguridad en internet. Mikel Zaldibar (Director de riesgo tecnológico y operacional, Banco Santander) asegura que “hay que ser humilde y consciente. Por más que inviertas en ciberseguridad, puedes convertirte en una víctima más del cibercrimen. Tenemos que entender que es un riesgo existencial y es fundamental tener un seguro ciber, además de concienciar tanto a los clientes como a tus propios empleados”.
Ante esto, Eduardo Esparza confirma que “las amenazas a la seguridad en internet han llegado para quedarse y hay dos posibilidades para las empresas: permanecer de brazos cruzados o aprovechar esta oportunidad para ofrecer tranquilidad a sus clientes en su vida online y pasar de ser un simple proveedor a un protector”.