En los adultos, expone el profesional, existen dos manifestaciones claves que son la tristeza y la anhedonia. Esto último es la dificultad o incapacidad de disfrutar de las cosas que antes sí que gustaban. Además, y según añade el doctor, puede haber otros síntomas de carácter psicológico, cognitivo, somático o físico. Hablamos de cansancio, dificultad de concentración, problemas de sueño, falta de atención, etc.
Cabe destacar que los síntomas no se manifiestan de igual forma en todos los pacientes y no tienen por qué aparecer todos en todos ellos. Sin embargo, “la tristeza y la anhedonia son manifestaciones que están siempre dentro del cuadro clínico de una depresión”, señala el doctor. Por otro lado, “en casos más graves, existen también ideas de muerte o suicidio”.
Las causas de la depresión vienen determinadas por factores genéticos y ambientales. Dentro de los primeros, explica Agüera, “hay personas que tienen una cierta vulnerabilidad o predisposición genética y no necesitan, en ocasiones, que surja una situación o un motivo aparente para que la depresión se produzca”. Y añade: “En ocasiones, se trata de personas que van a tener episodios recurrentes de depresión a lo largo de su vida, ya que manifiestan una cierta vulnerabilidad o predisposición genética a la depresión”.
Por otro lado, y dentro de los factores ambientales, nos encontramos, sobre todo, con situaciones de pérdida como la muerte de un familiar o un amigo, la pérdida de una relación sentimental, de un estatus socioeconómico, de un trabajo, etc. “La inmensa mayoría de las dificultades tienen que ver con cosas que se tenían y que se dejan de tener”, expone Agüera.
Pasados los años, ¿podemos librarnos de sufrir depresión?
“Hasta un 20% de personas de edad avanzada tiene depresiones leves, esto es, signos que son menos intensos y duraderos”, informa Agüera, por lo que no debemos bajar la guardia y estar atentos a todos los signos de alerta.
En esta etapa, indica el experto, es importante tener en cuenta dos consideraciones. En primer lugar, las personas que presentan factores de riesgo vascular tienen más probabilidades de desarrollar una depresión. Y, en segundo lugar, la depresión en una persona mayor puede ponernos en alerta ante la posibilidad de que con el tiempo pueda desarrollar una demencia.
Los síntomas más comunes son la apatía o la tristeza, aunque en esta etapa cobran mucha importancia “los problemas cognitivos porque se hacen muy evidentes”, indica. Estos son, por ejemplo, problemas de memoria, de atención, de concentración y, sobre todo, lo que técnicamente se llama “disfunción ejecutiva”. Es decir, mayor dificultad para cosas que tienen que ver con la organización interna del día a día como hacer la compra, poner la lavadora, etc.
Cómo tratar la depresión
“Hay tratamientos eficaces para la depresión”. Así lo afirma la OMS. Sin embargo, no hay que olvidar que es importante diagnosticarla bien y tener en cuenta las características personales.
En la depresión adulta, explica el Dr. Agüera, existen dos vías que no son excluyentes: el proceso farmacológico con antidepresivos y el psicoterapeútico. Es más, “se ha demostrado que el tratamiento más eficaz es aquel que combina ambas cosas”, afirma el profesional. Por su parte, el procedimiento estándar en la depresión de personas en edad avanzada es “la medicación antidepresiva. No por ser mayor, el antidepresivo es menos eficaz”.
Para conocer más a fondo esta enfermedad, Cruz Roja -en colaboración con Laboratorios Servier- ha puesto en marcha un movimiento llamado Dexpresionismo con el que pretende, a través del arte, dar más visibilidad a esa enfermedad que todos en algún momento y etapa de la vida podemos sufrir.