La presbicia o vista cansada, como se la conoce popularmente, es la pérdida de la capacidad para enfocar objetos cercanos. La aparición de este proceso se debe, sobre todo, al deterioro que sufre con la edad la lente natural que tenemos en nuestros ojos (cristalino), que hace que se vuelva más rígida y vaya perdiendo progresivamente su capacidad de enfoque. De hecho, el 56% de los españoles mayores de esta edad aseguran tener vista cansada. Además, el 63% de los encuestados sabe que se suele sufrir a partir de los 40 o 45 años.
En el análisis, llevado a cabo por la consultora Ipsos y en el que se han hecho 1.000 entrevistas en toda España a personas de más de 40 años con el fin de descubrir el conocimiento que tienen los españoles sobre esta materia, se pone de manifiesto que del total de personas que tienen este problema de visión, un 43% sintió los primeros síntomas a partir de dicha edad (40-45 años). Según este estudio, un 78% señaló la dificultad para leer letras pequeñas como primer indicador de su dolencia, seguido por la necesidad de alejar objetos para poder verlos (54%), fatiga y picor de ojos después de leer (21%) o dificultad para ver la pantalla del móvil (19%).
“Los síntomas de la presbicia suelen comenzar a partir de los 40 años y se van agudizando con el paso del tiempo. Primero comienza con la necesidad de ir alejando los objetos para poder verlos, pero la capacidad de enfoque se va perdiendo de forma progresiva aproximadamente hasta los 65 años de edad, donde se pierde totalmente”, explica el Dr. Fernando Llovet, director médico de Clínica Baviera.
Mayor información en torno a la operación
La presbicia forma parte del proceso natural de envejecimiento del cuerpo humano y su aparición no se puede prevenir. No obstante, existen varias soluciones para mejorar la visión. El uso de gafas o lentillas es el método más popular (9 de cada 10 encuestados), sin embargo, la mayoría de la población no recurre a la operación, otra de las soluciones, y solo el 1% se decanta por esta opción. Además, llama la atención el 12% de encuestados que aseguran que, pese a sufrir problemas de vista, continúan su vida sin utilizar ninguna de estas alternativas.
En general, el factor emocional es la principal barrera de cara a la intervención, y es que el 48% asegura sentir incertidumbre y el 32% miedo, posiblemente provocado por el elevado desconocimiento que existe en torno a la operación, ya que solo el 12% de las personas conocen a alguien que se haya sometido a esta intervención para dejar de depender de las gafas.
En cualquier caso, desde su diagnóstico, el 42% de los entrevistados reconoce que sus síntomas han mejorado, con independencia del método usado, poniendo de manifiesto la mejora de la calidad de vida de estas personas. En concreto, la totalidad de las personas encuestadas que se han sometido a la operación recomendarían a sus conocidos este procedimiento.
Revisión de la vista
Las revisiones periódicas, ya sean en centros especializados o mediante pruebas médicas rutinarias como pueden ser los reconocimientos médicos de empresa, son parte de la rutina de la mayoría de la población. Además, es habitual combinar visitas a varios expertos. De esta manera un 57% de la población continúa acudiendo a revisiones en sus ópticas de referencia; mientras que el 55% suele ser atendido por oftalmólogos.
“La revisión de la vista es un tema con el que la mayoría de la población está sensibilizada. No obstante, hay que destacar la importancia de realizarse, no solo revisiones visuales, sino oftalmológicas de manera periódica. En general, serecomienda acudir una vez cada dos años al oftalmólogo a las personas entre 18 y 49 años que no tengan problemas visuales, ni antecedentes familiares de patología visual. Por su parte, se recomienda realizar una revisión oftalmológica anual a los niños, a los mayores de 50 años, a las personas con diabetes, con miopía elevada, y a aquellos que sufran actualmente o que tengan antecedentes familiares de patología visual”, explica el Dr. Fernando Llovet.
En concreto, el 42% de las personas que comienzan a sentir los primeros síntomas de la pérdida de visión tardan apenas unos meses en acudir al especialista. En este sentido, los mayores son los más responsables, ya que el 26% de los de más de 60 años, son los primeros en acudir, tardando solo unas semanas desde su primer síntoma. Además, la mayoría de las personas, el 78%, lo hacen por iniciativa propia, especialmente las mujeres (82% de los casos), y el resto lo hacen por recomendación de su médico de cabecera o de su entorno familiar (15% y 7% respectivamente).