El ingeniero y diseñador Ivar Örnberg, que había trabajado durante varios años en la industria automovilística estadounidense, introdujo esta tendencia en Volvo cuando regresó a Suecia en 1933. Se le encargó la tarea de diseñar el PV36 y pronto se hizo evidente que los años que había pasado en empresas como Hupmobile le habían dejado huella. Con el nuevo modelo, Ivar Örnberg introdujo el streamline moderne en Suecia. El exótico aspecto del vehículo pronto se ganó el apodo de «Carioca», probablemente por un baile popular latinoamericano que estaba de moda por aquel entonces. De acuerdo con los planes, Volvo solo fabricó 500 unidades de este modelo entre 1935 y 1938.
El PV36 que se expone en Essen no tiene muchos kilómetros, pero sí mucha historia. Fue uno de los primeros modelos que fabricó Volvo, solo unos años después de que en 1924 el ingeniero Gustaf Larson y el economista y agente de ventas Assar Gabrielsson decidieran fundar una empresa de automóviles en Suecia durante una típica cena con cangrejos. Once años después, Larson recibió la llave de este Volvo PV36, cuyo número de chasis era el 85. Lo conservó durante tres años y, salvo por una nueva mano de pintura que se le dio poco después, el vehículo ha permanecido prácticamente intacto desde entonces. Este PV36, que crea un vínculo excepcional con uno de los fundadores de Volvo Cars, constituye un fascinante ejemplo de cómo un estilo de diseño claramente estadounidense llegó en los años treinta hasta una pequeña empresa de automóviles sueca.
El Salón del Automóvil Techno Classica recibe a unos 200.000 visitantes cada año. En 2019 se celebrará entre el 10 y el 14 de abril. Otros vehículos históricos de Volvo que se presentarán en el stand de Volvo Cars: