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Las finanzas como ventaja competitiva

Mark Schwartz, Amazon Web Services.

OPINIÓN: Por Mark Schwartz, Enterprise Strategist, Amazon Web Services

Viernes 12 de abril de 2019
El director financiero que se dedicaba únicamente a controlar gastos y emitir informes financieros es cosa del pasado. id:44246

El equipo financiero de las empresas modernas del mundo digital es un foco de competitividad, estrategia e innovación.

En un entorno tan competitivo como el actual, las compañías que cuenten con los mejores recursos financieros, los inviertan con más acierto y, a largo plazo, gestionen mejor el riesgo, serán las que se alcen como líderes de su sector. La labor del director financiero de hoy en día no consisten en reducir costes, sino en invertir con acierto y gestionar bien esas inversiones. Consiste en canalizar recursos a esas inversiones y evitar inversiones improductivas. Y consiste en comunicar estas decisiones y sus resultados al resto del equipo ejecutivo de la compañía, a la junta directiva, al comité de auditorías, a los accionistas y a los analistas.

Si la compañía tiene una oportunidad para innovar y desarrollar un producto o proceso que le dé ventaja frente a sus competidores, ese será el momento en el que un director financiero excepcional garantizará los recursos necesarios para aprovecharla y se asegurará de que llegan rápida y diligentemente sin esfuerzos innecesarios. Se asegurará de que la compañía invierta en agilidad, esto es, en la capacidad de gestionar la incertidumbre respondiendo rápida y ágilmente ante eventos y cambios inesperados. Se cerciorará de que la compañía cuente con los datos correctos para tomar decisiones inteligentes y garantizará que la compañía cuente con los controles necesarios para gestionar el riesgo y que esos controles sean eficientes, rentables y que no ralentizan los esfuerzos competitivos de la compañía.

Como escenario hipotético, pongamos que hay dos compañías que compiten en un sector y que cuentan con acceso al mismo mercado laboral, la misma clientela y los mismos canales de distribución. Una de ellas cuenta con un director financiero tal y como acabo de describirlo. ¿Acaso no resulta evidente que será esa compañía la que goce de gran ventaja respecto a su rival? Esa compañía será más innovadora y eficiente; tomará decisiones más acertadas de cara al futuro; comercializará más ideas innovadoras con más frecuencia; obtendrá más réditos de su capital; se enfrentará a menos riesgos... Y el director financiero comunicará todo esto a los mercados del capital, haciendo que la cotización de la empresa aumente, lo que a su vez se traducirá en acceso a más capital a un menor coste.

Buenas noticias para los directores financieros: ahora que estamos en un mundo digital, el director tecnológico puede ayudar a convertiros en auténticos héroes en estas áreas. De hecho, el dominio de la magia de lo digital es la clave para convertirse en un director financiero de importancia estratégica. Comencemos por los datos. Es el departamento informático de la empresa el que recaba los datos y puede ponerlos a nuestra disposición. Es el departamento informático el que nos da las herramientas para analizar los datos y para crear informes y visualizaciones. De la mano de la nube, la compañía puede conformar un repositorio de datos que elimine las barreras entre departamentos y le brinde al director financiero la transparencia que necesita para analizar todas las líneas y funciones de negocio. La integración en procesos de adquisición y fusión será mucho más fluida si se pueden integrar los datos de la compañía adquirida en los repositorios ya existentes y analizarlos en paralelo a los de la compañía que realiza la adquisición.

Muchas de las inversiones de una compañía digital serán en materia informática. Las filosofías Lean y Agile, surgidas del mundo del desarrollo informático, pueden ayudarnos a gestionar estas inversiones más eficientemente. Nos permitirán poner a prueba nuestras hipótesis antes de lanzarnos a realizar grandes inversiones. Nos permitirán mantener una supervisión y monitorización continua de nuestras inversiones en curso y nos permitirán realizar ajustes de forma constante, para así maximizar el valor para nuestro negocio. También nos permiten realizar inversiones incrementales de menor riesgo.

Y nos permitirán aplicar el capital de forma más eficiente y eficaz al realizar inversiones. Un equipo informático trabajando en la nube bajo filosofías DevOps puede convertir una idea de negocio en una funcionalidad en producción en muy poco tiempo, prácticamente sin esfuerzos innecesarios y gastos superfluos. Este tipo de planteamiento fomenta la innovación, ya que permite probar ideas de forma rápida, barata y casi sin riesgos. Permite crear sistemas informáticos de gran agilidad que aumentarán la agilidad de la compañía y, por lo tanto, maximizarán los ingresos de la compañía. Esto se consigue utilizando arquitecturas modernas basadas en microservicios; creando componentes reutilizables e integrando componentes de código libre y basados en la nube.

Gracias a la nube y a DevOps, el equipo informático de la empresa puede automatizar muchos controles de gobernanza diferentes, haciéndolos más eficaces y eficientes y menos intrusivos. Estos controles de gobernanza cuentan con la ventaja de auditarse y documentarse automáticamente, con lo que cubren mejor las necesidades de auditores internos y externos y mantienen a la compañía conforme a las normativas que puedan ser de aplicación en su sector o región.

En el mundo digital actual es posible crear nuevas funcionalidades y comercializarlas extremadamente rápido. Para aprovechar el potencial que se abre ante nosotros, nuestra compañía deberá dar con la forma de tomar las decisiones financieras y de gobernanza con la misma celeridad, al tiempo que mitigamos los riesgos dentro de lo posible. Dicho de otra forma, deberemos garantizar que el capital fluye hacia las inversiones inteligentes más rápidamente. Para que esto sea posible, deberemos valernos de elementos característicos del trabajo informático de hoy en día, como son los controles automatizados, ciclos rápidos de información, inversiones por fases y la máxima transparencia. Sólo así podremos reducir drásticamente el riesgo. De hecho, hoy en día el riesgo de la inacción es mayor que el riesgo que trae consigo un progreso ágil.

Deberemos contar con flujos de trabajo eficientes para tomar decisiones de inversión pequeñas, incrementales y de bajo riesgo; con procesos de supervisión que garanticen que el capital se asigna únicamente a las iniciativas que aumentarán nuestra competitividad y con controles de riesgos que sean eficaces,pero no disminuyan nuestra agilidad. Estos son los ámbitos en los que el director financiero puede erigirse en héroe de la empresa, permitiéndola innovar y mantenerse por delante de sus competidores al tiempo que gestiona correctamente los riesgos reales. Toda una ventaja respecto a sus competidoras.

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