Política hecha entretenimiento
«La televisión, las nuevas plataformas audiovisuales así como los canales sociales son fundamentales en la estrategia electoral en estos momentos», afirma el experto. Según el barómetro del CIS de 2016 de las últimas elecciones generales, el 50,8% de los españoles usaba todos o casi todos los días la televisión como su medio preferido para informarse de la información política y electoral.
«El politainment busca simplificar los mensajes electorales para impactar desde un punto de vista más emocional», afirma el experto en comunicación política. «Hoy los partidos políticos cuentan con más canales, más cultura audiovisual y más estrategia política enfocada a este tipo de contenidos», considera Pellicer.
El politainment vive y se difunde (también) por internet, ya sea con aplicaciones de mensajería o por las redes sociales. «Los social media cada vez cobran más protagonismo para la distribución y difusión de mensajes propagandísticos políticos y por la presencia e incidencia de fake news», explica Sílvia Martínez, directora del máster universitario de Social Media: Gestión i Estrategia de la UOC.
Los invitados a la batalla por las elecciones, WhatsApp y Telegram
No solo las redes sociales tradicionales, las aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram se constituyen también como invitados especiales para estas elecciones del 28-A. «La gran batalla se desplaza a las plataformas de conversación privadas, como WhatsApp y Telegram, que es donde va a estar la difusión de noticias que buscan la viralidad más agresiva», afirma Martínez. Muchos partidos políticos como Ciudadanos, Partido Popular, Podemos, PSOE, ERC, Junts per Catalunya o VOX ya han apostado por ofrecer un número de Whatsapp o Telegram desde el que informar a sus potenciales electores. El servicio se presenta como un chat para que el usuario esté informado sobre novedades y actos del partido y, si quiere, lo comparta con sus contactos y en sus redes sociales. «Como espacio de mensajería instantánea se presenta como una opción atractiva para los partidos al favorecer un discurso y un contenido más directo en un entorno de comunicación más privada», añade Martínez.
Así, el ciudadano no se convierte solo en un elemento de recepción sino también en una herramienta de propaganda. «La posibilidad de contar con el usuario como aliado en campaña electoral al hacerse eco de los mensajes que difunda el partido resulta una pieza esencial para ampliar el alcance del mensaje e impactar sobre potenciales votantes», detalla la experta.
¿Fake news en el 28-A?
En redes sociales, en concreto en Twitter, las fake news políticas se viralizan tres veces más rápido que el resto de informaciones falsas. Se comparten más y su capacidad para hacerse virales es muy alta: llegan a más de 200.000 personas casi tres veces más deprisa de lo que tardan las otras noticias falsas en llegar a 10.000 individuos. «Un mensaje cuidado y bien elaborado, que se adapte a las singularidades de cada social media, puede contribuir a aumentar el alcance y, por tanto, el efecto de las fake news. Detrás de estas campañas puede haber expertos en comunicación y marketing que se encarguen del diseño y la planificación de estas acciones de desinformación en campaña electoral», explica Martínez.
En este sentido, redes como WhatsApp o Telegram dificultan el control de las noticias falsas. «Los impedimentos para controlar la difusión de noticias falsas en un entorno de comunicación privada es evidente. Y ello, por consiguiente, afecta a las posibilidades de poner freno a su alcance pero también al desarrollo de otras medidas de corrección como puede ser la emisión de desmentidos”, detalla. Para Martínez, en este contexto, el amigo y conocido, al reenviar o compartir un mensajes, se convierten en puerta de entrada de estos contenidos falsos en círculos de confianza de manera que las fake news se ven así favorecidas por la propia credibilidad que posee ese nodo en este entorno.
Según un estudio de 2017, el 86% de la población española se cree las noticias falsas, el 60% cree saber detectarlas pero, en realidad, solo el 14% las distingue de las ciertas.
Las implicaciones tanto éticas como legales y las consecuencias de las noticias falsas en el propio sistema democrático son evidentes. «El efecto social que tienen es evidente, pues pueden condicionar los resultados al promover la actuación en favor de un partido político, al conseguir su voto, o bien restar votos a otra formación», advierte la tambié investigadora del grupo GAME-UOC.
¿Whatsapps mudos durante el 27 de abril?
La jornada de reflexión supondrá un desafío para estos canales privados: ¿deberán mantenerse silenciados o al convertirse en espacios «íntimos» se rigen por otras normas? «Los mensajes enviados por listas de difusión a los contactos que se han suscrito voluntariamente a las comunicaciones de un determinado partido deberán ceñirse a la normativa», afirma Martínez. Obviamente, no deberán hacerlo aquellos ciudadanos anónimos simpatizantes de una formación que quieran difundir mensajes no oficiales a sus grupos de contactos. «Aunque en ciertos casos puede ser complejo distinguir si participan como usuarios activos en la difusión de propaganda o si ejercen su libertad de expresión con sus contactos o grupos de conocidos», añade.
Instagram para alcanzar a los jóvenes
Los millenials se inclinan por acudir a Youtube o Twitter a la hora de consumir contenidos: en España uno de cada tres jóvenes encuentra en estas redes un espacio para las noticias y el 16% ya usa Instagram con esta finalidad, según la encuesta del Digital News Report 2018. Para Martínez, Instagram tiene un público potencial joven en el que impactar y se sitúa como la red en la que los estrategas políticos pondrán todo su ingenio, desarrollarán contenidos creativos y experimentarán con mensajes efímeros esta campaña electoral.
Los expertos
Sílvia Martínez, Directora del máster universitario de Social Media: Gestión y Planificación y profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.
Miquel Pellicer, Profesor de los de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, experto en comunicación política.