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El castillo de Windsor, de William Harrison Ainsworth

Sábado 27 de abril de 2019
El esplendor y miseria de la corte del monarca que cambió la historia de Inglaterra. id:44800

Existen pocos monarcas más célebres que Enrique VIII. El autor inglés William Harrison Ainsworth viaja a la corte del rey de las seis esposas, mezclando intriga romántica y elementos fantásticos que emparentan El castillo de Windsor, con la novela gótica. Ainsworth sitúa la acción en el castillo de Windsor, al oeste de Londres, un lugar de retiro para el rey, lejos de las ajetreadas labores de gobierno donde él y su corte pueden dedicarse a tareas más placenteras, como la seducción amorosa.

Además de los célebres personajes históricos que desfilan por sus páginas, como el propio Enrique VIII, Ana Bolena, Catalina de Aragón o el cardenal Wolsey, el verdadero protagonista de la historia es Herne el cazador, personaje misterioso que gobierna sobre el bosque de Windsor. Se trata de un fantasma que se entretiene atemorizando al ganado y a los campesinos y creando enredos entre los hombres. Este personaje mítico de origen incierto, citado por primera vez en el Las alegres comadres de Windsor de Shakespeare, exige el alma de quienes acuden a él a pedirle ayuda, y de él dependerá el destino de buena parte de los protagonistas de esta historia.

El castillo de Windsor fue publicado por entregas en 1843. Este modo de publicación, tan propio de autores del siglo XIX, como Dickens, mantienen al lector con la perpetua intriga acerca de lo que ocurrirá en los capítulos sucesivos. En este caso, además, los acontecimientos se sitúan en una época de especial importancia en la historia de Inglaterra. Se trata de un momento en el que rey Enrique no oculta su amor por Ana Bolena y su deseo de deshacerse de su esposa, Catalina de Aragón. Son conocidas las consecuencias trascendentales que su célebre divorcio traería para la historia de Inglaterra, aportando un motivo de interés añadido para el lector aficionado a la historia.

Con su mezcla de elementos históricos, intriga, juegos de seducción y personajes fantásticos, El castillo de Windsor ofrece una lectura tremendamente amena y de gran calidad literaria que pone en valor la obra de un autor que merece ser recuperado para el lector actual.

Qué han dicho de El castillo de Windsor

Una de las primeras novelas históricas con acentos góticos, comparada con Byron y con Lewis

«Un clásico de la literatura inglesa que merece llegar a una nueva generación de lectores.» THE GUARDIAN

«Un vívido retrato de la corte de Enrique VIII.» THE TIMES

«La pluma de Ainsworth mezcla casi como un alquimista diferentes géneros en un únicotexto.» AINSWORTH AND FRIENDS

«Escrito en 1842, este gótico romance histórico está lleno de aventuras de la mano de Herne, el cazador de leyenda, y fascinantes descripciones del Castillo de Windsor… Una gran lectura.» THE TIMES LITERARY SUPPLEMENT

Biografía del autor

William Harrison Ainsworth (1805-1882) fue un popular escritor británico de novelas históricas, autor de cerca de cuarenta obras. Nacido en Mánchester, cursó estudios de Derecho, que ejerció brevemente antes de dedicarse enteramente a la literatura a partir de 1826, con la publicación de su primera novela.

Obtuvo su primer gran éxito con la novela Rockwood (1834), que narra las aventuras de Dick Turpin, un célebre bandolero del siglo XVIII. La obra llevó a muchos a considerar a Ainsworth como el sucesor de Walter Scott. La gran acogida de su siguiente obra, Jack Sheppard (1839), lo afianzó como uno de los mayores representantes de la llamada «escuela de Newgate». El estilo tenía muchos detractores, entre ellos el escritor William M. Thackeray, por considerar que glorificaba la vida de los criminales que retrataba y, tras una airada polémica suscitada por un asesinato supuestamente inspirado por la novela de Ainsworth, este decidió abordar otras temáticas.

A partir de 1840, la obra de Ainsworth se centró en la novela histórica, entre las que destacan La torre de Londres, Old St. Paul's o El castillo de Windsor. Fue un autor de gran éxito durante su vida, siendo muchas de sus obras auténticos bestsellers. Muchas de ellas iban acompañadas de dibujos de George Cruikshank, el célebre ilustrador de las novelas de Charles Dickens.

Ainsworth combinó su trabajo literario con la labor de editor, participando en numerosas publicaciones como autor, editor y director y fundando su propia Ainsworth's Magazine 1842. A pesar de sus grandes esfuerzos, no alcanzó como editor cotas de éxito similares a las de su carrera de escritor.

Fuente: Ático de los Libros

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