Motor

Peugeot 508 GT Puretech 1.6 225CV AET 8

Acertado cambio radical de la segunda generación del modelo más alto de la gama

Mariano García Viana | Domingo 05 de mayo de 2019
Efectivamente, el 508 solo conserva de su antecesor el número que lo identifica, pues su diseño, tanto exterior como interior, a supuesto un cambio tan total que ahora incluso presenta un concepto distinto, pasando de un turismo de cuatro puertas a un gran coupé de cinco. id:45006

Según indica la propia Peugeot, cuando se planteó lanzar la segunda generación de su modelo más representativo, el 508, observó que en ese segmento D los modelos que proliferan son los de un concepto clásico como el de la primera generación, es decir, cuatro puertas y tres volúmenes y además que ese segmento estaba más o menos dominado por las marcas premium, al ser muchos de ellos utilizados como coches oficiales de la Administración, de empresa o de representación simplemente. Por eso la marca del león decidió crear algo distinto, algo que rompiera los moldes clásicos, crear un modelo de alta gama y gran espacio interior, pero con formas de coupé deportivo y cuatro puertas con portón posterior. Así surgió el 508 actual, sin lugar a dudas uno de los coches más bellos del mercado.

Veamos pues como es esa acertada silueta. De entrada, nos fijamos en su estilizado frontal. La calandra, más bien estrecha por que el capó motor baja sobre ella, esta formada por pequeños rectángulos horizontales cromados, sobre las lamas negras, formando como un original ajedrez. A cada lado de ella se sitúan los siempre rasgados faros de Peugeot, pero en esta ocasión equipados con Full Led. La denominada “firma luminosa” que marca la luz de día, es vertical y une los faros con la parte baja del paragolpes. Lateralmente se aprecia de forma clara la contenida altura de la carrocería en general y el abombamiento del techo que baja de claramente hacia la inclinada luneta que termina en una corta tapa del maletero. Desde luego es en realidad un coupé de cuatro puertas, a lo que contribuye el que las amplias puertas no tengan marco. Sinuosas formas remarcan el paso de ruedas que junto a las grandes y bonitas llantas de aleación de 19”, robustecen esta visión lateral.

Por su parte, la trasera, que es quizás la parte más conseguida del coche en un conjunto superacertado, esta marcada por una banda horizontal de color negro brillante, en cuyos extremos y casi semiocultos por ese color oscuro se sitúan los grupos ópticos tridimensionales con tecnología led y que están permanentemente encendidos. Es de destacar en estos pilotos traseros que están directamente heredados del Concept-Car Quartz, que varían de intensidad según el entorno y que naturalmente son una evolución de las garras características de la marca. El 508 es un cinco puertas, aunque no lo parezca, pues dispone de un portón trasero que esta perfectamente camuflado e integrado en el diseño general.

Esta segunda generación del 508 es algo más corta y más baja que la anterior, pero a pesar de ello el habitáculo es de mayores dimensiones y resulta de lo más acogedor nada más abrir las puertas. Los asientos de piel invitan a sentarse en ellos prometiendo una excelente comodidad que se confirma al utilizarlos, con la ventaja además de ofrecer una no menos excelente sujeción lateral y una facilidad de adaptarse a cualquier anatomía gracias a sus múltiples reglajes. Lo que si requiere cierta adaptación es la propia postura ante el volante o mejor dicho ante el concentrado cuadro de instrumentos. Ello es debido a que, al contrario que en la mayoría de los coches que dejan ver los relojes a través del volante, en los últimos Peugeot y en el 508 por supuesto también, la visión se realiza por encima del volante, de ahí el pequeño tamaño de este, quizás demasiado, y el que esté achatado por su parte superior además de la inferior. Una vez adaptado al denominado por Peugeot i-Cockpit, de tercera generación (Volante compacto, cuadro de instrumentos y pantalla táctil), el conductor podrá disfrutar de los detalles abundantes que ofrece este habitáculo.

La mencionada instrumentación es en realidad una lámina digital de alta resolución de 12,3”, que es personalizable de seis modos distintos, todos ellos con el objetivo de ofrecer la mayor información posible útil para el conductor, incluido la visión nocturna de la carretera y el aviso de cruce de peatones u obstáculos con poca visibilidad. En la parte baja del salpicadero, de formas muy horizontales y adornada por una costura roja que le recorre y bajo las salidas de aire centrales, se sitúa la pantalla central táctil de 10 pulgadas, en la cual, además de todos los sistemas imaginables de infoentretenimiento e información, integra un buen número de “interruptores” de las funciones auxiliares, con lo cual estos apenas se encuentran de forma física, concentrándose bajo la pantalla en unas “teclas de piano” llamativas y muy cómodas de utilizar.

La consola central, ancha y bastante alta para facilitar su uso, contiene el botón de arranque la pequeña palanca selectora del cambio automático y el interruptor del “Drive mode”, que luego veremos. Esta parte de la consola es “flotante” pues bajo ella se encuentra un alojamiento para la carga inalámbrica de móvil y los enchufes USB, a nuestro modo de ver un tanto escondidos. Un hueco con tapa la recorre a lo largo hasta el reposabrazos central que también esconde un generoso hueco. Los asientos delanteros, además de los ya citados numerosos reglajes, disponen de calefacción, masajes y ventilación, no así los de las plazas traseras, que solo disponen de salidas del climatizador pero sin posibilidad de regularlo. El maletero ofrece una capacidad de 487 litros que se pueden aumentar hasta los 1.537 litros abatiendo el asiento trasero. En general, la terminación es buena y los materiales empleados de igualmente buena calidad, no apreciándose vibraciones aunque se circule por zonas bacheadas.

Esta versión GT monta un excelente motor de gasolina de 1.598 c.c. que ofrece una potencia de 225 CV a 5.500 r.p.m. y un par de 300 Nm a 1.900 r.p.m. Un motor moderno todo de aluminio que francamente nos ha gustado. Reacciona muy rápido a los requerimientos del acelerador, se muestra muy silencioso y aunque no es especialmente fulgurante, mantiene la aceleración de forma constante y contundente consiguiendo por ello unas prestaciones realmente brillantes. La velocidad máxima se cifra en 250 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h se queda en los 7,3 segundos. El consumo medio oficial de unos 6 litros a los 100 km. se consigue con una conducción tranquila y relajada, pero cuando se exige una conducción rápida, tirando a deportiva y que el motor lo permite sobradamente, el consumo se eleva a los 10 litros que tampoco esta nada mal en función de las prestaciones que se pueden obtener. Como ya es habitual en los motores modernos se dispone de la función Star&Stop, sin que el conductor apenas note la parada del motor y su puesta en marcha.

El cambio automático de 8 velocidades, de convertidor de par, se adapta muy bien a las características del motor. Permite que se pueda conducir el coche con esa prestancia que la potencia del motor requiere. Las relaciones se insertan sucesivamente sin que se aprecie ningún tipo de titubeo y por ello permite una conducción tirando a deportiva, aunque eso sí, las retenciones no son tan rápidas como cuando las velocidades suben. El cambio se pude manejar con las levas situadas tras el volante y desde luego con esta situación se puede sacar más partido a las virtudes del motor, pero también conseguir un consumo más elevado. Como la insonorización en el habitáculo esta muy bien conseguida, la rumorosidad de la rodadura no llega hasta él y solo el motor se deja sentir de forma notable cuando se sube mucho de vueltas.

Conducir el nuevo 508 resulta de lo más agradable, es un coche dócil y seguro, dotado de un sinfín de elementos de ayuda a la conducción y de confort, como más adelante veremos. Las suspensiones, con McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, con sus correspondientes barras estabilizadoras, cumplen perfectamente la doble función de ofrecer confort y una excelente estabilidad en todo tipo de carreteras, agilidad en las muy viradas y un gran aplomo en las despejadas circulando a elevada velocidad. Además, se dispone de una amortiguación variable y pilotada, la Active Suspensión Control, con tres niveles de dureza, Comfort, Normal y Sport, que se activan con la tecla de los modos de conducción.

Como ya hemos mencionado el 508 esta dotado de un buen número de sistemas de ayuda a la conducción, siendo el sistema Night Vison, el más novedoso y es un sistema de visión nocturna que recurre a una cámara de infrarrojos que permite la detección de seres vivos ante el vehículo y a una distancia de hasta 200/250 m., más allá del alcance de las luces de carretera y cuya imagen se refleja en el cuadro de instrumentos. Aunque la lista sería muy larga, destaquemos, el control de crucero adaptativo, el Lane Position Assist, que mantiene la posición del vehículo en el carril, freno automático de emergencia de última generación (que detecta peatones y ciclistas, tanto de día como de noche, a velocidades de hasa 140 Km/h) y alerta de riesgo de colisión, sistema activo de vigilancia de ángulo muerto,……….

A todo ello hay que sumar un completo equipo de infoentretenimiento, contando con función Mirror Screen compatible con los protocolos MirrorLink, Android Auto y Apple Carplay, que permiten funcionar con reconocimiento de voz incluso desde fuera del vehículo, a través del Smartphone. La navegación incluye la visión 3D conectada a TomTom Traffic y extiende el alcance de las nuevas tecnologías en tres campos: la navegación, la seguridad (Peugeot Connect SOS & Assistance) y el mantenimiento (servicios telemáticos de los Peugeot Connect Packs). Sin olvidar un excelente y completo equipo de sonido.


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