En el último período analizado (abr’18-mar’19) el Barómetro estima que se han consumido en España 13,58 millones de toneladas de cemento, 1.100.000 toneladas más que en el mismo periodo del año anterior.
Durante el primer trimestre del año, la demanda de cemento se situó en una tasa media de crecimiento en torno al 9% “motivada principalmente por las más de 100.000 viviendas iniciadas en nuestro país en 2018”, afirma el presidente de Oficemen, Jesús Ortiz. “Acogemos estos datos con optimismo, ya que no se iniciaban en nuestro país más de 100.000 viviendas desde el año 2010; pero seguimos insistiendo en que el principal destino del consumo de cemento debería ser la obra civil, que sigue en mínimos históricos”, añade.
Gran deterioro de la balanza comercial
Las exportaciones de cemento y clínker continúan con su evolución negativa. En el mes de febrero y en términos de año móvil, registraron en conjunto una reducción cercana al 17%, encadenando así 22 meses de caída.
El barómetro estima que en el último período analizado (mar’18-feb’19) las exportaciones han alcanzado los 7,7 millones de toneladas de cemento y clínker.
“Desde Oficemen llevamos meses alertando de la fortísima pérdida de competitividad que está sufriendo la industria cementera española, motivada principalmente por el ascenso de los precios de los derechos de emisión de CO2 y al aumento de los costes eléctricos”, explicaJesús Ortiz.“En los últimos dos años, se han perdido casi 2 millones de toneladas de exportación, una cifra equivalente a la producción media anual de 3 fábricas de cemento”, afirma.
“Además, en los dos primeros meses del año las importaciones de cemento procedentes de países extracomunitarios han crecido un 30%, motivadas por los elevados costes de producción que tenemos en España y por la voracidad competitiva de países como Turquía y Argelia, donde las devaluaciones monetarias están dando lugar a una importante merma de la competitividad y producción en nuestro país”, sentencia Jesús Ortiz.