En primer lugar, el consumo excesivo de sal suele dañarlo. Tener el dosificador dañado, el mal estado de la electroválvula o el mal cierre del tapón del depósito son algunos de los motivos más comunes en cuanto a este tipo de rotura. El hecho de cuidar estos elementos hace que a la larga evite la contratación de un profesional para su arreglo.
También suele ocurrir el hecho de que no desagua el lavavajillas. En este caso suele estar motivado por un atasco en las tuberias, problemas en la manguera de desagüe, obstrucciones en la bomba o un fallo de corriente en el módulo electrónico. En el caso de no saber acabar con el problema, se aconseja contactar con alguien especializado en el servicio técnico de Teka. Algunas empresas como Arregla Tú Mismo se encargan de evaluar los daños, siendo mucho más útil a la hora de valorar si es mejor arreglarlo o adquirir uno nuevo.
En cuanto a un problema con el secado, la ausencia de abrillantador suficiente, el deterioro de la resistencia o fallos del termostato suelen estar detrás del error. El hecho de no coger agua o no poder disolver la pastilla son algunos de los motivos que propician la llamada de un profesional. Cualquier tipo de inconveniente relacionado con la limpieza tienen fácil solución. De esta forma es posible ponerle remedio en casa por el propio dueño. Sin embargo, para el recambio de algunas piezas será más que necesario acudir a profesionales del sector.