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La responsabilidad social empresarial (RSE) arraiga entre las empresas familiares pero aún debe avanzar hacia una mayor profesionalización

Martes 22 de septiembre de 2015
Una encuesta realizada por ADEFAM entre sus socios revela la necesidad aproximarse a modelos de RSE que favorezcan la gestión, control y medición del impacto social y económico.

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) constituye para las empresas familiares uno de los pilares “esenciales” para el desarrollo y sostenibilidad de las organizaciones en el futuro. Así lo asegura el 87% de los empresarios que han contestado a la encuesta titulada La RSE en la Empresa Familiar, realizada por la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid (ADEFAM) entre sus más de ochenta socios.

La mayoría de los participantes en esta consulta (el 82,61%) se muestra de acuerdo en la necesidad de adoptar modelos de RSE por todo tipo de compañías, sin importar su tamaño, y coinciden en calificar de “fundamental” la necesidad de medir tanto el impacto social (así lo asegura el 65,22%) como el económico (como afirma el 52,17%) que se deriva de su puesta en marcha.

A tenor de los resultados obtenidos en la encuesta, se desprende que más de un 78% de las empresas familiares asociadas a ADEFAM realizan actividades relacionadas con la RSE, y las áreas principales en las que centran su acción son la Salud y la Educación (ambos campos acaparan cerca del 50% del total). También sobresalen acciones dirigidas a la Cooperación al Desarrollo (17% del conjunto), el Desarrollo Empresarial y Económico (13%) y la captación de fondos para ONG (8,5%).

La encuesta pone de manifiesto que, si bien las empresas familiares están muy sensibilizadas con el concepto de RSE y su capacidad transformadora, tanto en el entorno social como en el seno de las propias organizaciones, tienen todavía mucho camino por recorrer en el ámbito de la gestión de la acción social, dotándose de modelos y sistemas que favorezcan su implantación, aseguren el control de su desarrollo y sean capaces de medir su impacto, tanto puertas afuera como puertas adentro de la empresa. Ello queda patente en la diversidad de iniciativas de gestión que llevan a cabo las empresas, sin que exista consenso alrededor de un paradigma de buenas prácticas. De hecho, más del 70% reconoce que su modelo de RSE que utilizan no es profesional.

En cuanto a las personas directamente beneficiadas de la acción social de las empresas familiares asociadas a ADEFAM, en más de un 70 % de los casos son niños, mayores, mujeres y colectivos excluidos o en riesgo de exclusión social. Asimismo resulta interesante reseñar que cerca de un 30% de las empresas familiares involucran a sus propios empleados en el desarrollo de acciones de RSE y que otro 22% hace lo propio con sus clientes y organizaciones sin ánimo de lucro.

En relación con el impacto que se deriva de la acción social de las empresas familiares, más de un 44% de los encuestados afirma que ha sido “alto” o “muy alto”, mientras que un 28% considera que ha sido “moderado”. No obstante, se trata de un percepción subjetiva, que en la mayor parte de los casos no está soportada por un modelo profesional de medición del impacto.

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