Por tipo de obras, los cuadros, retratos y fotografías de autor representan alrededor del 70% de los casos en los que las obras forman parte de la transacción inmobiliaria, y tienen un precio medio total de 25.000 euros. Les siguen las esculturas, con un 20% de los casos y un precio medio total de unos 10.000 euros. El 10% restante son piezas de coleccionista relativas al mobiliario tales como mesas, sillas, espejos, armarios, lámparas o incluso instrumentos, con un precio medio total de 15.000 euros, aunque éste varía mucho dependiendo de su antigüedad.
Anna Molgó, directora de zona de las oficinas de BARNES en Madrid, asegura que “el real estate de lujo es mucho más que encontrar la vivienda perfecta o venderla al mejor precio de mercado. Significa encontrar exactamente lo que busca un comprador o un propietario, y en ese proceso, el arte es un valor añadido fundamental. Nuestra clientela busca una vivienda especial, que tenga un valor único en sí misma, y nada hace más especial a una vivienda que los elementos artísticos que complementan al resto de características del inmueble”.