De allí en adelante, parece que la banca hizo ejercicio de conciencia. Una década después nos encontramos con un sector bancario a examen constantemente. La presión regulatoria y normativa ha obligado a que las entidades realicen importantes cambios en las estructuras de Balance y un control más exhaustivo de sus riesgos. La periodicidad en la que los bancos se ven obligados a realizar pruebas de resistencia Stress Test, o revisiones de la calidad de sus activos, o escenarios de recuperación, ha conllevado que los mismos se centren en fortalecer su estructura de Balance con tal de mitigar los riesgos y recuperar la confianza de los consumidores.
El tsunami regulatorio ha exigido que los bancos deban reforzar sus equipos en las áreas de Riesgos, Solvencia y Capital, y ALM, entre otros… montando varias líneas de defensa. Asimismo, los departamentos de Compliance y Control Interno tampoco se han librado de la necesidad de reforzar sus departamentos para monitorizar las operaciones nacionales e internacionales de sus clientes en materia de Anti Money Laundry, debido a la fuerte globalización de los mercados y de sus propios clientes y garantizar una buena gobernanza.
No nos olvidemos tampoco, la necesidad de cuestionarse el modelo de negocio de la banca. La tecnología llegó para quedarse y transformar la mayoría de los sectores. En este sentido, la banca no es menos, y ha tenido que subirse a la revolución y transformación digital con tal de garantizar un mejor servicio al cliente, más accesible, más inmediato, más automatizado, más previsible y más transparente. Para ello, los departamentos de riesgos tecnológicos, sistemas, marketing, han tenido un auge importante así como la aparición de nuevas figuras como el machinelearning y el data science.
Así pues, nos encontramos que la banca está reforzando sus organizaciones con talento mucho más diverso que una década atrás por lo que el modelo organizativo también se pone entredicho. La obligación de plantear nuevos métodos de trabajo Agile que garanticen una mejora en la calidad, compromiso, inmediatez y aumento de la productividad de sus empleados es incuestionable así como distintos modelos de gestión del ciclo de vida de nuevos colectivos de empleados más disruptivos y tecnológicos que convergen con colectivos más tradicionales.
Es por ello que desde algo más de un lustro, la banca cada vez está más enfocada a captar talento que provenga de sectores muy diversos donde la digitalización y la revolución tecnológica llegaron antes.
Por otro lado, las olas normativas y regulatorias en la que está inmersa la banca ha conllevado también la captación de talento de profesionales del mundo de la consultoría en distintos campos de conocimiento: Intervención, Riesgos (tipo de interés, liquidez, crédito, mercado,…), PBC y Compliance, Data Protection, Gestión Balance, Solvencia y Capital, etc.. Dicho esto, los profesionales con carreras universitarias más técnicas (matemáticas aplicadas, física, actuariales, ingeniera informática, etc.) cada vez son más demandadas por las entidades financieras.
Desde nuestra experiencia en Executive Search apoyamos a la banca en la transformación de su organización en cualquier ámbito departamental o funcional y acompañamos a los actores y stakeholders del sector en este arduo e interesante paradigma en el que se encuentra actualmente.