En este sentido, reclamador.es, compañía online de servicios legales, aclara cuáles son los principales derechos de los consumidores durante los meses de rebajas y qué puede hacerse ante la negativa de un comercio a devolver el importe de las prendas compradas a través de Internet.
Ante una compra a distancia, por ejemplo a través de Internet, durante las rebajas –y fuera de ellas– el consumidor tiene derecho a desistimiento. Esto es, el equivalente a la devolución del artículo en una tienda física. Por tanto, el usuario podrá devolver su compra en un plazo máximo de 14 días naturales desde que la recibe; y el vendedor tendrá la obligación de ingresarle nuevamente el coste del artículo adquirido en su establecimiento online.
Otro de los derechos fundamentales del consumidor, recuerda reclamador.es, es el de recibir el ticket o factura de su compra. En este sentido, el vendedor no puede negarse a expedir alguno de estos documentos, ni siquiera en periodo de rebajas, pues son fundamentales para poder llevar a cabo posibles reclamaciones o hacer valer la garantía del producto adquirido.
De la misma manera que ocurre durante el resto del año, en los productos adquiridos en establecimiento físicos, el consumidor tiene, por ley, derecho a efectuar la devolución de la compra en caso, únicamente, de que ésta presente un defecto de fábrica.
El resto de cambios o devoluciones, por ejemplo aquellos que se producen por una equivocación de talla o color de una prenda por parte del consumidor, se consideran como cortesía comercial. Y, en estos casos, explica reclamador.es, el establecimiento físico no está obligado a aceptar cambios o devoluciones.
Se trata de un caso similar al de los cambios o devoluciones, según la compañía online. Los establecimientos no están obligados a aceptar siempre el pago con tarjetas. Incluso, pueden establecer una cantidad mínima para poder abonar el importe de las compras utilizando estos plásticos. Pero, eso sí. Cuando la tienda sí admitía el pago con tarjetas y, con motivo de las rebajas, no permite utilizarlas, debe especificarlo claramente al consumidor.
reclamador.es recuerda la importancia de diferenciar un producto ofertado por encontrarse defectuoso –como hacen, por ejemplo, algunos outlets– de uno que ha disminuido su importe con motivo de las rebajas. Y es que, aquellos artículos rebajados por presentar defectos no se consideran una venta en periodo de rebajas.
En definitiva, los productos puestos a la venta en rebajas deben estar en perfecto estado y cumplir con los estándares fijados de calidad.
Si durante el resto del año dicho establecimiento, como cortesía, anunciaba una política de cambios o devoluciones, y en rebajas se modifica, debe ser claramente anunciado por la tienda o comercio. De lo contrario, debería mantenerse en los productos rebajados.
El precio rebajado de un producto no supone una menor protección para el consumidor. La garantía legal de un artículo comprado en rebajas debe ser idéntico a la garantía con la que cuenta cualquier artículo nuevo comprado fuera de este mismo periodo. Es decir, dos años.
Sin embargo, una de las principales dudas que surge entre los consumidores es a quién exigir el cumplimiento de la garantía en caso de defecto.
En este sentido, el cumplimiento de la garantía se exige al establecimiento que vendió el artículo, salvo que fuera imposible dirigirse a él, en cuyo caso se tendría que solicitar a la propia marca.
Otras consideraciones para comprar en rebajas
Además de lo expuesto anteriormente por la compañía online, es interesante que el consumidor tenga en cuenta que, durante las rebajas, el comerciante está obligado a informar del periodo concreto de la duración de las mismas en su establecimiento.
No hay que olvidar que para que se considere un periodo como rebajas, los descuentos deben afectar, al menos, al 50% de los artículos que los comerciantes tengan a la venta y estar claramente separados e identificados de aquellos productos a los que no les afectan los descuentos.
Es más, añade reclamador.es, el comerciante debe mostrar el precio anterior y el nuevo precio en el etiquetado del producto. Esto es para que el consumidor pueda ver cuál es la rebaja de precio que se ha producido en el artículo objeto de su interés.