Como sabemos, por experiencia, no siempre se les pueden dar esquinazos a las deudas o a los imprevistos y llega el momento en que inevitablemente hay que hacerles frente, habitualmente en el peor momento, como suele decirse, cuando ya todos los recursos habituales no están a nuestro alcance.
Si tienes oportunidad de hacerlo, lo mejor es crear un fondo de emergencia, abrir una cuenta donde vayas depositando cada mes una pequeña cantidad de dinero, pero si como hemos comentado con anterioridad, perteneces a ese inmenso grupo de españoles al que les es imposible ahorrar, entones siempre puedes solicitar la ayuda a una agencia de crédito rápido.
Pedir un crédito en el acto
Los bancos tradicionales hace mucho tiempo que cerraron el grifo de la financiación a la mayoría de los ciudadanos, pero, afortunadamente, en este panorama tan desalentador, han aparecido agencias de mini créditos como Credy, que conceden préstamos en el acto para que los ciudadanos con menos recursos puedan hacer frente a las deudas o imprevistos que puedan surgirle en un mal mes.
Estas agencias han nacido para facilitarle el acceso al dinero a las personas, a nivel personal, o a aquellos que regentan un pequeño negocio, como los autónomos o las pymes, y que están atravesando por dificultades económicas. Además, como su modo de trabajar es completamente online, el acceso al dinero se produce en el menor tiempo posible, pudiendo ofrecer créditos rápidos para casos realmente urgentes, como llenar la nevera para una familia, arreglar el coche para ir a trabajar o, en el caso de los pequeños empresarios, pagar proveedores o, también, por qué no, para aprovechar una oportunidad de inversión que no se debe dejar escapar.
El servicio que dan estas agencias de créditos ha venido a sustituir a la labor que solía hacer con anterioridad la banca tradicional, pero adaptado además a los tiempos actuales y a las vías para concederlos, sin moverte de casa o de la oficina, con toda comodidad y la máxima seguridad.
Estas agencias son la solución ideal para muchas situaciones y para todo tipo de personas, además, porque no ponen tantas trabas a la hora de conceder los créditos, concediendo préstamos si aval, sin nómina e incluso si están incluido en algún listado de morosos como el ASNEF o el RAI. Estas entidades estudian cada caso de forma individualizada y ninguno de los motivos citados anteriormente, por sí solo, es razón para denegar el crédito.
Consejos extra para afrontar imprevistos
Siempre nos quedará la opción de recurrir a un crédito rápido cuando no nos quede más remedio, pero para que los imprevistos del día a día puedan llevarse con mayor ligereza, vamos a dedicar esta parte del artículo a dar algunos consejos para evitar llegar a esta situación.
En primer lugar, planifica tu presupuesto casa mes. Crear un presupuesto mensual nos ayuda a controlar los gastos frente a los ingresos, así que cíñete a él e intenta ahorrar lo máximo posible. No caigas en caprichos y piensa bien las cosas antes de comprarlas. ¿Realmente me hace falta? ¿Puedo vivir con tres camisetas de tirantas en lugar de seis?
Otro de los consejos es identificar problemas que puedan surgir en el futuro, como por ejemplo si notas que tu coche está empezando a hace ruidos raros o que la caldera no funciona como debería. Intenta localizar los problemas con la máxima antelación posible para que puedas arreglarlos antes de comprar algo nuevo, que la avería sea demasiado cara o, al menos, intentar tener el dinero ahorrado que necesitaremos para afrontar la avería y aceptarlo.
En caso de tener un seguro del hogar y que el imprevisto tenga que ver con una avería de la casa, revisa sus coberturas y comprueba qué es lo que te cubre. Normalmente, las pólizas de este tipo cubren los electrodomésticos cuando las averías son provocadas por cortes eléctricos o cortocircuitos, subidas de tensión o tormentas. Como norma general, los seguros del hogar cubren por estas incidencias el frigorífico, la lavadora, el lavavajillas y la televisión. Sin embargo, algunas pólizas también incluyen la cocina, ya sea eléctrica, inducción, vitro o de gas, la campana extractora de humos, el horno, el microondas, el congelador e incluso la secadora.