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El desempleo de las personas con discapacidad tiene rostro de mujer mayor de 45 años

La Fundación Adecco analiza las principales claves del Informe del Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad 2019

Jueves 18 de julio de 2019
La tasa de actividad de las personas con discapacidad es de 35%, 42,7 puntos inferior a la de la población sin discapacidad; o, dicho de otra manera, el 65% de las personas con discapacidad no tiene trabajo ni lo busca. id:47946

Según datos del último Informe de Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad 2019, elaborado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y analizado por la Fundación Adecco, el 35% de las personas con discapacidad tiene empleo o lo busca. De las 1.860.600 personas con discapacidad en edad de trabajar, 651.700 eran activos. No obstante, la inactividad sigue siendo muy alta, y aumenta notablemente con la edad y el grado de discapacidad reconocido.

Las personas con discapacidad y la lacra de la inactividad

La población en edad laboral en España continúa con una tendencia bajista. Por el contrario, el número de personas con discapacidad no deja de aumentar, alcanzando el 6,19% de la población en edad laboral total, siendo la cifra más elevada del período. El año pasado se contabilizaban 1.840.700 personas con discapacidad en edad laboral, cifra que hoy alcanza 1.860.600, es decir un 1,08% más. Este aumento también se ha visto reflejado en el número de personas activas que ahora registra 651.700 personas con discapacidad, frente a 647.200 a finales del año pasado.

El margen de mejora es todavía muy grande y, a pesar de los avances, la inactividad sigue siendo una de las principales características de las personas con discapacidad en edad laboral. Los inactivos representan el 22,29% en las personas sin discapacidad, pero alcanzan el 65% en personas con discapacidad. No hay diferencias muy grandes por sexos, pero sí por edad: las tres cuartas partes se concentran en los mayores de 45 años, y también por grado de discapacidad.

Aun así, el número de ocupados con discapacidad está en aumento desde el año 2014. Este aumento se palpa sobre todo en el sector servicios, el único sector que ha mantenido un incrementoconstante en todos y cada uno de los años, acumulando un aumento del 27,35% y que concentra la mayor parte de los afiliados españoles, al estar nuestra economía basada en este sector: 75,53% para las personas sin discapacidad y 83% para las personas con discapacidad.

Fuente: SEPE

Crece el número de afiliados a la seguridad social

Los datos de afiliaciones a la Seguridad Social muestran un gran dinamismo en el empleo. En España, el número de afiliados crece más del 3% anual desde 2014, alcanzado en 2018, 18.914.563 afiliados. Las personas con discapacidad afiliadas están creciendo por encima de la media, concretamente en un 7,73% y, en los últimos cinco años ha acumulado un aumento del 40,73%, registrando en 2018 la cifra más alta con un número de afiliados de 269.736, lo que representa el 1,43% del total de los trabajadores cotizantes.

Fuente: SEPE

Este aumento se ha producido en todas las provincias españolas, registrando mejores datos en Jaén, Albacete y Castellón, con un incremento de más del 60%.

Tendencia alcista de las contrataciones de personas con discapacidad

La contratación de las personas con discapacidad aumenta un 10% con respecto al año pasado. En términos absolutos esto representa 30.815 contratos más, anotando 339.161 contratos registrados en total. Si echamos la vista atrás, la contratación de las personas con discapacidad ha registrado un aumento del 106,77% desde el 2007, frente al aumento del 19% de los trabajadores sin discapacidad.

Fuente: SEPE

El número de personas contratadas con discapacidad con respecto al año anterior ha aumentado un 8,22%, frente al 3,60% de las personas sin discapacidad. Son 154.468 las personas con discapacidad contratadas en 2018, lo que representa un 2,04% del mercado laboral. Este aumento se concentra en las comunidades autónomas de Melilla (4,34%) y Ceuta (3%), seguido por el Principado de Asturias (2,47%).

Los datos reflejan diferencias por sexo y edad en la contratación; los hombres tienen una representación más elevada que las mujeres: 61,37% de los contratos firmados por hombres y 38,63% por mujeres. Y solo el 7,01% de los contratos se formalizan con personas con discapacidad menores de 25 años, frente al 20% de este mismo grupo de edad de personas sin discapacidad.

Sin embargo, es en estos grupos de interés (mayores de 45 y menores de 25 años) donde más ha aumentado la contratación de las personas con discapacidad respecto al año anterior y lo ha hecho con un 13,46% en menores de 25 y 13,69% en mayores de 45 años, muy por delante del aumento que se ha registrado en el tramo de edad 25 a 44 (6,13%).

“Sin duda hay que celebrar la velocidad en la que están aumentado las contrataciones de personas con discapacidad pues es reflejo del avance de nuestra sociedad y de una presencia cada vez mayor de las personas con discapacidad en nuestro mercado de trabajo. No obstante, todavía queda mucho camino por recorrer y una de las grandes barreras sigue siendo la inactividad. Debemos trabajar de la mano de las empresas; pero también de las familias de las personas con discapacidad, para que vean la empleabilidad en las empresas ordinarias como una posibilidad y una vía hacia la plena inclusión”- asegura Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

¿Dónde trabajan las personas con discapacidad?

Según el SEPE, se contabilizan 481.000 personas con discapacidad ocupadas o lo que es lo mismo el 74% de la población activa con discapacidad tiene trabajo. De ellos, un 89% son asalariados y el 10,85% restante son autónomos.

El perfil más frecuente del trabajador con discapacidad no varía notablemente. Trabaja en el sector servicios, contratado por cuenta ajena en un porcentaje cada vez mayor, y está ganando peso en el sector privado. El contrato temporal está ganando terreno al indefinido que sigue siendo el mayoritario, al igual la parcialidad que es cada vez mayor, frente a la jornada completa.

Fuente: SEPE

La formación, el talón de Aquiles

La formación es un factor determinante a la hora de garantizar el acceso al mercado laboral de las personas con discapacidad y el talón de Aquiles en la inclusión laboral de las personas con discapacidad. El 43% de los demandantes de empleo tiene tan solo estudios primarios y el 32% educación secundaria obligatoria, mientras que aquellos que tienen Grados Medio o Superior de FP representan el 13,26% y únicamente un 4,73% tiene estudios universitarios. Según Francisco Mesonero, “hay que fomentar que las personas con discapacidad se formen y mejoren su empleabilidad a través de certificados de profesionalidad, mayor acceso a la formación profesional tanto media como superior y a estudios universitarios; la inclusión laboral debe empezar en las etapas educativas y formativas o no podrán competir en igualdad de condiciones en el mercado laboral”.

En esta línea, es necesario alentar tanto a los jóvenes como a los más mayores a formarse para no quedarse fuera del mercado laboral.

Fuente: SEPE

En 2018, tan solo el 5,5% de los contratos a personas con discapacidad se firmaron con trabajadores universitarios (18.747) y el 7,2% en personas con grado FP superior (24.527). La mayoría se han realizado en personas con Educación Secundaria, representado así un 36,8% del total de las contrataciones. Cabe destacar que, un año más, las mujeres con discapacidad son mayoría únicamente en la contratación realizada a personas con estudios universitarios. En números absolutos, 11.105 contratos se han firmado por mujeres con discapacidad con formación universitaria, frente a 7.642 contratos en los hombres universitarios con discapacidad.

Comparativa del número de demandantes parados de larga duración por nivel de formación de personas con y sin discapacidad

En porcentaje sobre el total

Se destaca una disminución general en el número de demandantes parados de larga duración en todos los niveles formativos; aun así, esta disminución es más rápida en los demandantes sin discapacidad que en aquellos con discapacidad. También cabe mencionar que, en las personas sin discapacidad, la diferencia por sexos es mucho más notable que en los que tienen discapacidad.

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