En los últimos meses, WhatsApp ha sido objeto de varios ciberataques. En agosto del año pasado, los investigadores de Check Point descubrieron una vulnerabilidad que permitía a los ciberdelincuentes interceptar y manipular los mensajes enviados en un grupo o conversación privada. Más recientemente, se ha dado un nuevo caso en el que el que los atacantes podían instalar software de espionaje en dispositivos Android e iOS, obteniendo así acceso total a cualquier dato almacenado en el smartphone: información personal y corporativa, contactos, direcciones de email, geolocalización, etc.
A finales de 2018, Check Point notificó a WhatsApp sobre nuevas vulnerabilidades que interceptar y manipular los mensajes enviados tanto en conversaciones privadas como de grupo. Esta vulnerabilidad, que ya fue subsanada, permitía a los atacantes generar y difundir información errónea enviando mensajes a un miembro de un grupo que parece ser un mensaje de grupo, pero solo se envía a este contacto. Sin embargo, la respuesta del miembro se enviará a todo el grupo.
Por otra parte, recientemente la compañía descubrió una nueva vulnerabilidad que permitía a los cibercriminales modificar mensajes de texto en conversaciones privadas y de grupo. De esta forma, un atacante puede cambiar la identidad de un remitente en un chat de grupo (incluso aunque no sea miembro del mismo) y falsificar así un mensaje de respuesta para hacerse pasar por otro miembro del grupo e incluso por un miembro inexistente del grupo. Por otra parte, gracias a esta nueva vulnerabilidad, los cibercriminales podrían modificar las respuestas de los participantes de un grupo, poniendo en su boca palabras que no han dicho. Es importante resaltar que, con las técnicas posibles gracias a este defecto, se abren nuevas vías de ataque a los usuarios en forma de "ingeniería social" para engañarles y obtener de estosdatos, contraseñas...etc.
“La desinformación es uno de los ciberataques más peligrosos que existen en la actualidad, ya que no existe ninguna herramienta tecnológica ni solución de seguridad que pueda proteger a los usuarios. Además, su capacidad para propagarse rápidamente hace que sea realmente difícil ponerle freno. Por este motivo, el usuario es en sí mismo una barrera de seguridad frente a este tipo de ciberamenazas: mantener la calma, analizar detalladamente la información y contrastar su veracidad son los puntos clave para garantizar la seguridad”, señala Eusebio Nieva, director técnico de Check Point para España y Portugal.