El descanso es tan importante y necesario como el trabajo que llevan a cabo el resto del año, pero, en casi tres meses sin colegio, hay tiempo suficiente para desconectar, para jugar, para bañarse en la playa, ir de campamento y… también para repasar lo aprendido en invierno. Hay tiempo para todo, menos para desaprender.
Los menores dejan las aulas a finales de junio y, en muchas ocasiones, no vuelven a coger un libro hasta bien entrado el mes de septiembre. Esto puede suponer un olvido y pérdida importante de conocimientos que, en algunos alumnos, provoca retrasos en el aprendizaje para el siguiente curso y, también en muchos casos, fracaso escolar.
De hecho, más de la mitad del desfase curricular entre estudiantes de Primaria se debe a la práctica de ejercicios, o falta de ella, durante el verano, según un estudio de la Universidad de Jonhs Hopkins, desarrollado por los sociólogos Kart Alexandre y Doris Entwisle. En el caso de las matemáticas, los alumnos pueden perder más de dos meses de avance en cálculo matemático si no practican sus habilidades en el periodo en el que no tienen clase.
Ante este panorama, es fundamental que los padres tomen conciencia de la importancia de inculcar en sus hijos hábitos de práctica y repaso escolar durante las vacaciones estivales. No solo de lectura, que es quizás el aspecto en el que más inciden en verano, sino también de números y ecuaciones. Y, por supuesto, no de forma aburrida.
La tecnología es otro buen aliado para los padres, que pueden presentar a sus hijos este repaso de conocimientos de manera entretenida y divertida, como si de un juego se tratara. Los novedosos métodos de aprendizaje online, como Smartick, ayudan a los niños a reforzar la concentración, la agilidad mental y el hábito de estudio, a través de amenas sesiones de ejercicios de tan solo 15 minutos diarios.
“Si le das a un niño una Tablet para pasárselo bien aprendiendo y practicando matemáticas, la recibirá de mucho mejor agrado que un cuadernillo de cuentas tradicional. Y si, además, lo motivas haciéndole ver cómo progresa y avanza en esta asignatura, querrá, por propia voluntad, volver a practicar al día siguiente”, afirman los fundadores de Smartick, Javier Arroyo y Daniel González de Vega, basándose en la experiencia de los más de 18.700 niños, de más de 100 países, que en la actualidad mejoran sus conocimientos y habilidades matemáticas, así como sus notas, gracias a este método.