Desde su lanzamiento el 1 de enero de 1988, el DAX ha experimentado varias de estas fases. Por ejemplo, las fuertes caídas de precios en 2011 o 1998 no tuvieron consecuencias importantes, mientras que las pérdidas económicas en los períodos 2000-2003 o incluso 2008 fueron muy superiores. Una situación similar se da en el índice estadounidense S&P 500. En este caso, tampoco todas las caídas importantes de precios han ido acompañadas de una recesión. Los mercados de valores también están exagerando a este respecto con su “obediencia preventiva”. Por ejemplo, las caídas del S&P 500 en 1992, 1994/95 o 2006 fueron mucho más moderadas, inferiores al 10%. En este caso se aplica el mismo criterio: no todo retroceso importante va de la mano de una recesión. La “obediencia preventiva” es, por lo tanto, algo más pronunciada en Alemania que en Estados Unidos, pero probablemente se deba también a la menor capitalización bursátil de las empresas.
Por cierto, el fenómeno de las dinámicas de grupo no funciona únicamente en sentido descendente, sino también en sentido ascendente. En otras palabras, aunque las perspectivas económicas sean positivas, se observa una “obediencia preventiva” ascendente, lo que descarta las perspectivas positivas hasta el infinito y permite que los mercados bursátiles alcancen un nivel excesivamente elevado. En la medida en que las bolsas estén guiadas por la psicología humana, siempre habrá movimientos de precios extraños, tanto positivos como negativos.
Por temor a una posible recesión, la obediencia preventiva llevó a los mercados a una espiral descendente en el cuarto trimestre de 2018. Sin embargo, en previsión de una política monetaria menos restrictiva y de la mejora de los datos económicos, los mercados se recuperaron en los primeros siete meses de 2019 hasta alcanzar nuevos máximos. Esta recuperación se produjo de forma vertiginosa e inesperada. A corto plazo, los mercados han descontado todas las noticias positivas. En este punto, quisiéramos señalar el aumento del riesgo de tendencias recesivas en la economía mundial. Como preveíamos que durante el verano hubiera una mayor volatilidad en las bolsas, hemos posicionado los Fondos Ethna de forma prudente.
El mercado necesita un nuevo impulso para superar sus antiguos máximos. No prevemos que esto suceda hasta finales de año. Una solución del conflicto comercial entre China y Estados Unidos, así como el impulso económico de la campaña electoral estadounidense, podrían apoyar a los mercados en el último trimestre.