Motor

SEAT Tarraco 2.0 TDI 150 4Drive DSG7

El SUV de 7 plazas de la marca sorprende por su agilidad y espacio interior

Mariano García Viana | Jueves 05 de septiembre de 2019
El Tarraco es el tercer modelo crossover de SEAT, si primero fue el Ateca y después el Arona, ahora el Tarraco se lleva la palma no por ser el último en llegar, sino por ser el más grande de la saga y el que ofrece más posibilidades para una utilización familiar. id:49493

Al ser el SUV de mayor tamaño de la marca, utiliza la plataforma de Volkswagen MQB A LWB, que se ha mostrado sumamente eficaz y segura en otros modelos del Grupo. Sobre esta moderna plataforma SEAT ha diseñado en España (Aunque el modelo se fabrique en Alemania), una carrocería muy atractiva y personal. De entrada, se puede observar en el frontal que ahora la calandra hexagonal, es más prominente que en otros modelos y esta situada en posición más vertical. Parece ser que será la línea a seguir por otros modelos de SEAT en el futuro. Esta parrilla esta formada por rombos extendidos de color negro y toda ella esta rodeada por un marco cromado, estando presidida por un generoso logotipo de la marca. Los faros, con tecnología full led, son más estrechos que por ejemplo los del Ateca y la luz de día, aun conservando sus formas triangulares muestran una firma más profunda. La entrada de aire principal se sitúa en la parte baja del paragolpes, mientras que los faros antiniebla están ubicados en un cubículo algo más altos y lógicamente en los extremos. Un frontal muy conseguido y con gran personalidad.

Lateralmente se aprecia su respetable longitud, 4,735 metros, sobre todo por el mayor tamaño de las puertas traseras, ya que la tercera ventanilla apenas es algo mayor que la de un Ateca. Una fina forma modula la carrocería a la altura de los abridores de las puertas, desde la aleta delantera hasta la parte superior de los grupos ópticos traseros, mientras que otra forma “hundida” en la parte baja de las puertas, entre los pasos de rueda, más una línea cromada bajo ella, realzan y dinamizan esta visión lateral, pues además las barras del techo apenas sobresalen de él. Los pasos de rueda están protegidos por zonas de plástico, al igual que la parte más baja de la carrocería. Las bonitas llantas de aleación a base de fuertes radios, son de 19”. La parte posterior esta dominada por los pilotos traseros a base de leds y con los intermitentes dinámicos. Ambos grupos ópticos están unidos por una franja de color rojo. Por su parte, la luneta tiene un gran tamaño y el portón ofrece una buena apertura, quedando bastante baja su zona de carga para facilitar las operaciones correspondientes, su apertura y cierre son de accionamiento eléctrico.

En cuanto al habitáculo, hay dos características que llaman la atención principalmente, la amplitud del mismo, con sus posibles tres filas de asientos y la sencillez del salpicadero, detalle este que ya hemos detectado en otros modelos de la marca. Un poco más de creatividad, seguro que le haría más atractivo. Pero eso sí, la verdad es que esta bien resuelto y todos sus elementos encajan perfectamente sin vibraciones ni ruidos. El cuadro de instrumentos, que SEAT lo denomina Digital Cockpit, es realmente una pantalla TFT de 10,25 pulgadas, que tiene tres posibilidades de diseño distinto, una con el velocímetro y el cuentavueltas ocupando casi todo el espacio, dejando el centro para datos del ordenador y circunstancias del vehíclo, otra en la que tanto como el velocímetro como el cuentarevoluciones, ocupan los laterales del espacio y el centro se reserva para la opción que se elija, incluida la ruta del GPS, emisoras, etc. y la tercera en la que el mapa del GPS ocupa toda la superficie y la velocidad se refleja digitalmente, así como otras informaciones complementarias. Por su parte, la pantalla táctil multimedia de 8 pulgadas, esta situada de forma superpuesta en el centro del salpicadero y es compatible con Android Auto y Apple CarPlay. Su utilización es sencilla pues los menús son fáciles de interpretar y las respuestas no requieren mucha atención pues son rápidas y claras. Es de destacar que se pueden realizar muchas funciones por reconocimientos de voz e incluso alguna de forma gestual.

Los asientos delanteros sujetan muy bien el cuerpo, incluso en curvas sucesivas o maniobras un tanto bruscas. La postura ante el volante no plantea ningún problema gracias a los reglajes eléctricos del asiento del conductor y la regulación del volante y la visibilidad es muy buena en todas direcciones. La segunda fila de asientos tiene la banqueta dividida en dos partes asimétricas (60/40) y se pueden deslizar hacia delante o hacía atrás, según la posición, en 16 centímetros, en caso de que sea hacia delante deja más espacio para las piernas de la tercera fila o el maletero en su caso y si se desplaza hacia atrás el lugar para los ocupantes de la segunda fila es ya casi como el de una limusina. Por su parte el respaldo de esta fila se divide en tres partes (40/20/40) y se puede abatir independientemente por partes o en su totalidad; este respaldo de puede inclinar mediante tres posiciones. Por último, señalar que los pasajeros de esa segunda fila disponen de mandos para regular el climatizador de esta zona y también de una mesita plegable en el respaldo de los asientos delanteros. En cuanto a la tercera fila, que dispone de dos asientos no muy espaciosos, es más adecuada para ocupantes jóvenes no muy voluminosos, pues obliga la altura del suelo a llevar las piernas muy flexionadas, aunque en viajes cortos perfectamente pueden ir dos adultos. El acceso a estas dos plazas no es excesivamente incómodo ya que desplazando la banqueta correspondiente de la segunda fila se libera un espacio suficiente. Abatir o montar estos asientos es sencillo y no requiere mucho esfuerzo. Lógicamente la capacidad del maletero varia en función de las plazas de las que se dispongan en un momento dado. Con las tres filas de asientos (7 plazas) hay disponibles 230 litros, con dos filas (5 plazas) 760 litros y con solo la fila delantera nada menos que 1.775 litros, casi como una furgo.

El Tarraco que hemos probado disponía bajo el capó del motor diésel TDI de 2 litros de 150 CV a 3.500/4.000 r.p.m., que proporciona un par de 340 Nm entre 1.750 y 3.000 r.p.m. Un motor que equipa todos los adelantos de este tipo de mecánicas, inyección directa common rail, turbo de geometría variable, intercooler, etc., ofreciendo por todo ello un funcionamiento bastante suave y que apenas se deja sentir en el habitáculo, también debido desde luego, al buen trabajo de insonorización realizado por los ingenieros de SEAT. El funcionamiento de éste es agradable, pues acelera con decisión y gracias a las tan bien estudiadas relaciones del cambio automático DSG de 7 velocidades, se alcanzan las velocidades solicitadas con cierta facilidad, ahora bien, también gracias a la rapidez de reacción de la caja de cambios se palia el que el motor sea algo lento en las recuperaciones desde bajas revoluciones, ya que tarda en reaccionar a no ser que pisemos con decisión el acelerador y el cambio inserte una velocidad inferior. También hay que tener en cuenta que es un coche que supera los 1.800 kilos de peso en vacío, posiblemente con el motor de 190 CV esta circunstancia no pasa. Ahora bien, este comentario no quita en absoluto lo agradable que es conducir este Tarraco. La velocidad máxima se cifra en los 200 km/h, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h es de 9,8 segundos. Por su parte, el consumo medio se queda en los 5,5 litros en una conducción sin fuertes aceleraciones, pero con una velocidad de crucero alta.

El comportamiento del Tarraco es francamente bueno y con un perfecto compromiso entre confort y seguridad, que se ve incrementado con la equipación del Control de Chasis Adaptativo” (DCC) con tres niveles de dureza de los amortiguadores a elegir por el conductor, Normal, Comfort y Sport, gracias a los cuales la capacidad del Tarraco para absorber los baches y las irregularidades del terreno es sorprendentemente eficaz y por lo tanto agradable para los ocupantes. Pero esa facilidad de conducción de la que puede hacer gala el Tarraco, también esta influida por las posibilidades de elegir entre varios modos de conducción y que se activan desde un mando circular situado más atrás de la palanca selectora del cambio. A través de este mando el conductor puede seleccionar los siguientes modos, Eco, Normal, Sport e Individual y en esta versión 4Drive también otros dos programas Snow (Nieve) y All Terrain, destinados a mejorar la tracción y el comportamiento fuera de la carretera. Según el modo elegido, éste influye sobre la respuesta del motor, las ayudas electrónicas, la dirección, frenos, etc. Ya que hemos mencionado la circulación fuera del asfalto, digamos que el Tarraco también dispone de un sistema de ayuda al descenso en pendientes y que la altura de coche con respecto al suelo es de 192 mm., con lo que sin ser un 4x4 puro, si se pueden hacer recorridos por el campo con cierta eficacia, desde luego con bastante más que la mayoría de los SUV que no disponen de tantos sistemas. Además, para facilitar esta conducción off-road, a través de la pantalla multimedia podemos obtener un menú denominado Información Offroad, que proporciona datos relacionados con esta conducción como la brújula, el ángulo de giro de las ruedas directrices, la temperatura refrigerante, temperatura de aceite, etc.

Para terminar digamos que la cantidad de sistemas de elementos que componen su equipamiento, tanto en lo que se refiere a seguridad, como al confort, necesitarían un mayor espacio del que disponemos, pero señalemos que algunos son tan importantes como asistente de precolisión, control de crucero con radar adaptativo, asistente de frenada automática por detección de peatones y ciclistas………


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