Volker Schmidt, Ethenea.
OPINIÓN: Por Volker Schmidt, gestor senior de Ethenea
Martes 17 de septiembre de 2019
El ataque con drones a instalaciones petrolíferas en Arabia Saudí ocurrió justo cuando los mercados estaban especulando sobre una abundancia de suministro de petróleo, teniendo en cuenta una nueva capacidad de producción por parte de EE.UU., Canadá, México y Noruega prevista para entrar en el mercado el próximo año. id:49851
El reciente ataque ha eliminado un 5% de la oferta mundial y las reservas de petróleo en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Kuwait y Rusia podría no ser capaz de compensar la producción que necesaria en el corto plazo, ya que no está claro que Arabia Saudí sea capaz de restaurar la producción a los niveles anteriores rápidamente. Sin embargo, desde una perspectiva a más largo plazo, debería haber suficiente capacidad disponible para reemplazar la menor producción de Arabia Saudí. Por lo tanto, creemos que los mercados petroleros volverán a los precios previos al ataque. Estados Unidos también ha puesto a disposición sus reservas estratégicas de petróleo con el fin de mitigar los efectos de los precios a corto plazo, en particular para sus propios consumidores.
Sin embargo, los mercados petroleros se sienten incómodos con la situación actual, temiendo que la interrupción temporal conduzca a un problema más duradero, que podría incluso dar lugar a un bloqueo del importante Estrecho de Ormuz. Incluso si Estados Unidos es ahora el mayor exportador de petróleo, depende en cierta medida de las entregas de crudo pesado de Arabia Saudita, ya que su propia producción consiste principalmente en crudo ligero. La producción de productos refinados en Estados Unidos requiere la mezcla de ambos grados.
Los beneficiarios evidentes de la subida del precio del crudo son las empresas y países productores de petróleo que no se han visto afectados por el reciente ataque, aunque este beneficio sea sólo temporal. Por otro lado, la pérdida de producción será el impacto negativo más significativo que sufrirá Arabia Saudí como resultado del ataque, pero el país también se enfrenta a una segunda amenaza: en el peor de los casos, la prevista salida a bolsa de la empresa petrolera estatal saudí Aramco se ha vuelto improbable o, en el mejor de los casos, dará lugar a unos ingresos significativamente inferiores a los previstos.
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